En tiempos de estrés, las técnicas para bajar decibeles abundan. Además del yoga, la meditación o el mindfulness, hay una poco convencional: la meditación orgásmica o stroking.
Esta técnica, creada por Nicole Daedone pretende producir una alta dosis de oxitocina, un desestresante natural, que anula los efectos del cortisol, estrechamente involucrado en los procesos de estrés.
Para conseguir estos efectos lo que se pretende es llegar al orgasmo de una manera lenta, dando especial importancia al proceso para obtenerlo en lugar de dárselo a la meta y consiguiendo un clímax de unos 15 minutos aproximadamente.
Lo más curioso es que el proceso requiere la ayuda de los conocidos como strokers, unos "trabajadores calificados" que se encargan de la estimulación del clítoris y que no tienen por qué ser la pareja de la mujer que se somete al tratamiento. De hecho, éstos se encuentran vestidos en todo momento y su función queda totalmente desvinculada del acto sexual en sí.
Según reporta MedCiencia, muchas de las mujeres que se han sometido a este tratamiento tenían una vida sexual plena con sus parejas, mientras que sus problemas eran de otra índole, especialmente asociados con el trabajo y las relaciones interpersonales. Sin embargo, todos estos problemas parecían desaparecer a medida que se sometían a esta técnica.
El papel de los strokers
Que un desconocido les toque el clítoris no es algo relajado para la mayoría de las mujeres, y por eso los strokers siguen una serie de normas muy concretas. Además de que permanecen vestidos en todo momento, los strokers deben informar detalladamente a la mujer sobre el proceso y no comenzar hasta que ésta les dé permiso. Además, la mujer puede hacerles cambiar el ritmo o parar en cualquier momento, de modo que es ella la que toma las decisiones.
Via montevideo.com.uy
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