La mediación de conflictos en el contexto educativo

La mediación de conflictos es un método de resolución de problemas que trata de mejorar las relaciones entre las personas implicadas en estos. El propósito no es determinar un vencedor o un ganador, o quien está en posesión de la razón o lo correcto, sino ayudar a solucionar el conflicto.

Da la oportunidad y, sobre todo, el protagonismo a las partes para resolver su conflicto, y su objetivo no es sólo el acuerdo, sino cómo se trabaja para obtenerlo.

La necesidad de mediación de conflictos en el contexto educativo

Se dan ciertos factores que determinan la necesidad de la mediación de conflictos en el contexto educativo, los cuales se establecen en el Estudio estatal sobre la Convivencia Escolar en la Educación Secundaria Obligatoria (2010), reflejados como retos y obstáculos a superar para mejorar el clima escolar:

    Falta de disciplina y falta de implicación de las familias: Estos dos factores son los dos principales obstáculos a la convivencia escolar desde el punto de vista del profesorado, los departamentos de orientación y los equipos directivos.
    Frecuencia de los distintos tipos de abuso entre los escolares: el maltrato entre estudiantes más frecuente es el de tipo psicológico. El 4,9% dice que le han insultado u ofendido con frecuencia.

    Solo superado por “hablan mal de mí” (con un 6,59%), el problema más extendido, que solo en algunas ocasiones el propio estudiante parece incluir dentro de un proceso de acoso y que, como vemos, tiene su relevancia a pesar de la tendencia social a relativizarlo.

    La inmensa mayoría del alumnado (80,2%) interviene para detener la violencia o cree que debería hacerlo: Si bien este apartado no es un obstáculo, sí que se caracteriza por ser un factor destacable en el que hay que incidir, dada su relevancia como catalizador de la mediación ante conflictos escolares.

    Atendiendo a los datos, el 36,3% interviene aunque no sea amigo de la víctima (la posición más opuesta a la violencia), y el 31,8% cuando existe dicho vínculo. 12,1%  de estudiantes cree que debería intervenir pero no lo hace, probablemente ante el riesgo de convertirse en víctima.

    Estos resultados manifiestan  que para prevenir el acoso es necesario que todo el alumnado disponga de una red de amigos e incrementar el rechazo al problema independientemente de quien sea la víctima.

    Justificación de la violencia reactiva entre el alumnado: La justificación de la violencia que más acuerdo genera entre el alumnado es de este tipo, reactiva: “Si no devuelves los golpes que recibes los demás pensarán que eres un cobarde” (que cuenta con el 30,7% de acuerdo), y con el apoyo al agresor reactivo si éste es amigo: “Cuando un amigo pega a alguien que le ha molestado debes ponerte al lado de tu amigo”, con un 34,2% de acuerdo.

    Resultados que reflejan que el mayor rechazo generado en los últimos tiempos a determinadas manifestaciones de violencia, como el acoso entre escolares, no se ha extendido a la forma de violencia más consentida.

    Conviene tener en cuenta que dicha justificación representa una de las principales causas que conducen a la violencia en todo tipo de situaciones, puesto que quien la utiliza suele argumentar que su víctima le ha provocado.

    Comportamiento disruptivo: Problema más frecuente. El cual dice sufrir “a menudo o muchas veces” el 21,6% del profesorado, mientras que sólo reconoce participar en dichas situaciones el 4,1% del alumnado. Esta discrepancia podría deberse a:

        Concentración de dicho problema en muy pocos alumnos.

        El alumnado tiende a minimizar las consecuencias que determinados comportamientos (como hablar mientras está explicando el profesor) pueden tener sobre quienes los sufren.

    Ineficacia educativa de las sanciones empleadas para las transgresiones: Este obstáculo es destacado por los tres colectivos como uno de los principales obstáculos a la convivencia. A este consenso hay que añadir la respuesta mayoritaria que da el alumnado sobre este tema.

    Parece, por tanto, urgente buscar sanciones más eficaces desde el punto de vista educativo, enfocadas a disminuir la reincidencia de las transgresiones a las normas de convivencia y a la interiorización de estas.

    Necesidad de promover alternativas no violentas tanto en los individuos como en el contexto escolar: Actividades sistémicas orientadas a la convivencia en las que todo alumno (incluido el de riesgo) pueda mejorar sus habilidades para este objetivo, que toma un cariz importante.

    En esta línea toma una especial relevancia el incluir la participación del alumnado en el equipo de mediación del centro (teniendo en cuenta que las habilidades a enseñar deben tener un repertorio más amplio que el que se usa habitualmente en mediación, dada la necesidad  de extender estas habilidades a todo el alumnado).

La incorporación de la mediación en los centros educativos

La mayoría de los estudios realizados en España destacan que el profesorado percibe dificultades en relación a la implementación de la mediación de conflictos en los centros (Pulido y Col., 2013):

    Necesidad de que la mediación sea experiencial: Profesorado y alumno saben explicar conceptualmente en qué consistían las técnicas que tenían que poner en marcha y cual era el procedimiento, sin embargo cometían errores a la hora de llevarlas a cabo.

    Organización del centro:

        Falta de implicación del profesorado (destacando la falta de voluntarios para formar parte del equipo mediador).

        Aunque se da una mayor participación del alumnado, esta es poco constante.

    Necesidad de crear un protocolo de coordinación con todo el centro:

        Intervención desde Jefatura de Estudios en casos que debían ser para mediación.

        Cuando llegan al equipo de mediación, los estudiantes ya acuden cansados de tener que exponer su conflicto con todo el mundo (entre otros aspectos).

Conclusiones

La mediación de conflictos en el contexto educativo no es solamente un método para resolver conflictos, sino que supone una oportunidad de crecimiento, de aprendizaje, para toda la comunidad educativa.

Se trata de una experiencia que muchos participantes (estudiantes y profesores) consideran como significante en sus vidas.

La potencialidad que se percibe del contexto escolar es innegable. Dispone del marco perfecto para prevenir un gran número de problemas presentes y futuros, pudiendo garantizar una actitud proactiva de cara a obtener un mundo democrático y con tendencia al altruismo.

Es necesario defender una educación de calidad y dotarla de medios suficientes para dicho objetivo. Como bien es sabido: Sin educación, no hay futuro.

Nota del Editor

Se adjunta como documento descargable el excelente informe “La mediación como herramienta de resolución de conflictos en el sistema educativo dominicano”. Un manual teórico-práctico de entrenamiento para mediadores, financiado y supervisado por UNICEF, que aunque se se elabora tomando como referencia el sistema educativo de la República Dominicana, recoge herramientas, estrategias y recursos prácticos sobre la mediación de conflictos que bien pueden ser generalizados a cualquier otro contexto educativo.

En palabras de sus autores: “Este Manual de Capacitación para Facilitadores en Mediación reúne una serie de conocimientos, herramientas y metodologías para planificar, organizar, llevar a cabo y dar seguimiento a la implementación de la mediación como herramienta de resolución pacífica de conflictos en el contexto educativo“.

Un documento de gran interés práctico que puedes descargar ahora desde el siguiente enlace.

Fuente psicopedia.org

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