La relajación muscular tonifica el organismo y mejora la actividad
Cuando el cuerpo vive situaciones extremas, tanto físicas como intelectuales, los músculos se tensan, se cargan, y es necesario relajarlos para recuperar la normalidad y para dejarlos listos para nuevos retos.
Las diferencias entre las personas también se manifiestan a la hora de sentir, padecer y actuar sobre sensaciones como la pesadez, el estrés o el malestar.
Cada persona ha de ser capaz de evaluar la situación específica y no buscar en las comparaciones la solución al problema que debe resolver. Para acompañar esa capacidad, a continuación se van a reseñar unas pautas mínimas para aprender a relajar la musculatura...........
El hecho de relajarse no debe ser una acción banal, sino que se ha de plantear como un acto voluntario del que se han de aprovechar todas sus ventajas y potencialidades.
Aunque parezca obvio, es útil y necesario reseñar que para poder relajarse es necesario estar tensos o excitados. Intentar relajarse si no es necesario puede convertirse en una búsqueda de lo imposible y hay que ser conscientes de ello.
La principal y más importante ventaja de la relajación es conseguir recuperar el equilibrio físico y mental después de situaciones extremas. Pero también ayuda a tener un mayor control sobre el cuerpo, al tiempo que alivia las molestias musculares que pueden producir las rutinas diarias.
CARGA MUSCULAR
Relajar la musculatura cuando esta fatigada suele ser necesario después de haber desarrollado actividades con alto nivel de carga muscular a las cuales no se está acostumbrado; después de momentos de máxima concentración, que suelen también producir estrés físico; y, cómo no, después de haber adoptado posturas incorrectas o realizado acciones que están por encima de nuestras posibilidades. Cuando la musculatura está en situación precaria es cuando se notan más la tensión y las rigideces.
Buscar el momento adecuado y encontrar el sitio correcto son detalles importantes. Quizás un buen momento puede ser al llegar a casa después de la jornada laboral, o antes de ir a dormir para aquellos que les cuesta conciliar el sueño, ya que puede ser una ayuda practicar la relajación muscular.
En cuanto al sitio, es preciso encontrar un lugar que pueda reunir algunas de estas condiciones: luz tenue, sin ruidos estridentes y en el que se pueda estar en una posición cómoda, ya sea sentados o tumbados. Sirven para ello una silla con apoyabrazos y algo para elevar ligeramente los pies, a fin de tener las rodillas por encima de las caderas; o un diván o una tumbona para recostar el cuerpo procurando que la ropa no quede ceñida.
La mejor manera es concentrarse en la respiración, realizar inspiraciones y espiraciones pausadas dejando que el aire fluya lentamente al entrar y salir. Sentir el peso del cuerpo sobre lo que estemos sentados o recostados, sentir como la cabeza descansa, los brazos, las caderas y las piernas se hunden en su apoyo hasta llegar a sentir el peso real de las extremidades.
Fuente http://www.sld.cu/sitios/rehabilitacion/temas.php?idv=745
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