La relajación favorece el buen funcionamiento cerebral modificando nuestras ondas cerebrales a unas similares a las que experimentamos durante el sueño, lo que aumenta nuestra capacidad de concentración y creatividad. La relajación también favorece la visualización y la imaginación.
Otros beneficios psicológicos de la relajación son la reducción de la agresividad, una mayor seguridad en uno mismo y mejor control emocional y nos ayuda a prepararnos para enfrentarnos a situaciones conflictivas.
Al realizar ejercicios de relajación dejamos a un lado las preocupaciones cotidianas y nuestra mente puede explorar y liberar los pensamientos. Es un tiempo que podemos dedicar a nosotros mismos y a nuestros sentimientos.
Uno de los ejercicios de relajación más fáciles de realizar es concentrarte en tu respiración por un período de 10 minutos seguidos. Siéntate cómodamente en una silla, con la espalda derecha y comienza a concentrarte en tu respiración, enfocando tus sentidos en la entrada y salida de aire de tus pulmones. Si tienes pensamientos que te distraigan no te preocupes y regresa tu atención a tu respiración. Después de unos minutos te sentirás mucho más calmado y relajado.
Trata de repetir este ejercicio por la mañana antes de iniciar tus actividades y por la tarde, antes de la cena. También practícalos aunque sea por uno par de minutos cuando te sientas tenso o preocupado durante el día. Tu cuerpo se irá acostumbrando a responder positivamente a la relajación mientras más los practiques.
Fuente de infromación: sanopordentro.com
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