Pon el despertador con antelación para tener 10 minutos de tranquilidad bajo la sábanas y poder espabilarte y estirarte a placer.
Aprovecha el buen tiempo para sentarte en una terracita, beber algo frío y simplemente, contemplar a la gente que pasa. Cuando estás tranquila observando como gira el mundo notarás si verdaderamente has conseguido relajarte o no.
Desconecta el teléfono y activa el buzón de voz (sí, también el del móvil) cuando vas a ver tu película favorita o estás charlando con los amigos. Ya leerás los mensajes una vez que haya terminado. No te obsesiones con el móvil, estar pendiente de este aparato puede estresarte. Una vez por semana, revisa tus fotos favoritas, recordando a placer esos momentos especiales. Seguro que vienen a tu mente recuerdos que te hacen sonreir. Es una de las técnicas de relajación que te proponemos.
Olvídate del despertador los sábados por la noche para poder levantarte el domingo relajada y cuando ‘el cuerpo te lo pida’ . No hay nada peor que levantarte con el sonido del despertador en el fin de semana, intenta que tus planes no sean a primerísima hora porque necesitas descansar y despertarte de forma natural.
No comas en la mesa de la oficina: deja el trabajo, sal a comer fuera y tómate tranquila el café. Si tienes mucho trabajo es mejor que te quedes luego media hora que comer delante del ordenador.
Duerme una pequeña siesta en el sillón (no más de media hora). Ahora en verano, si tienes horario intensivo podrás hacerlo todos los días.
Deja para mañana al menos una de las cosas que no necesitas hacer urgentemente hoy. No te ahogues en un vaso de agua porque, seguramente, algunas de las cosas que has apuntado en tu lista de tareas pueden esperar a otro día o, simplemente, no te lo tomes como un "vida o muerte" porque si no no podrás disfrutar verdaderamente de tu día.
Otra técnica de relajación que puedes practicar diariamente es dejar el trabajo de lado para dedicarte sólo a responder la llamada. Si suena el teléfono mientras estás trabajando, aprovecha para dejar unos minutos tu tarea.
Si se bloquea tu ordenador, aprovecha para levantarte, darte un pequeño paseo y beber agua. Tras ese mini-recreo, reinicia. No te pongas enfrente a echar pestes de esa máquina a la que no sabes que le pasa. Respira y conseguirás relajarte.
Oblígate a decir no a esa comida, invitación o cita que realmente no te interesa. Estás todo el día trabajando y cuando sales de la oficina, no paras. Tu vida social es demasiado agitada, una técnica de ralajación consiste en eliminar los planes supérfluos en tu vida. Inténtalo y aprende a decir que no.
Sal a la terraza o a la ventana durante unos minutos y mira la forma de las nubes. Sueña un poco y trasladate con la imaginación dónde quieras. Eso sí, no te olvides de volver !!!. Si te habituas a hacer este tipo de acciones placenteras se pueden convertir en tus propias técnicas de relajación.
Haz tu lista personal de cosas pendientes, teniendo claro que deseos y obligaciones no son lo mismo.
En los libros de técnicas de relajación siempre se habla de que reserves, en tu agenda diaria, un tiempo para ti misma, para hacer algo que te relaje. Puedes ir a un spa o balneario urbano, oir tu música preferida, leer Cosmo o no hacer nada de nada.
En tu planning de vacaciones, reserva días para el descanso en la playa, en la piscina, en casa o paseando. No intentes ver una ciudad en 3 días, ni tomar fotografías de todo, ¡¡ estás de vacaciones!!. No hace falta que estés hiperactivo aunque visites un destino que no conoces, aprende a disfrutar de los momentos.
Fuente: cosmohispano.com
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