Disciplinas milenarias que aportan equilibrio
El yoga y las prácticas orientales de relajación están de moda. Si en los ochenta triunfaron el culto al cuerpo esbelto y musculoso, el aerobic y las tablas con aparatos de fuerza, en los noventa comenzaron a introducirse de forma casi masiva en Occidente las prácticas de relajación del cuerpo y las técnicas que ejercitan la mente en busca del equilibrio.
El yoga y las prácticas orientales de relajación están de moda. Si en los ochenta triunfaron el culto al cuerpo esbelto y musculoso, el aerobic y las tablas con aparatos de fuerza, en los noventa comenzaron a introducirse de forma casi masiva en Occidente las prácticas de relajación del cuerpo y las técnicas que ejercitan la mente en busca del equilibrio.
Cada vez más centros ofrecen la posibilidad de acercarse a estas disciplinas milenarias procedentes de las ricas culturas orientales. Algunos estudiosos afirman, guiados por vestigios en la simbología y el arte de Egipto y de América precolombina, que el yoga surgió en la antigua Atlántida, pero lo cierto es que se conservó y perfeccionó durante siglos por sabios yoguis (maestros del yoga) en la India. En sus orígenes excluía la idea de Dios, aunque en épocas más tardías se incluyó el sentido espiritual que prevalece en la vertiente de autorrealización. Pero el yoga y el taichi (de origen chino) son ante todo ciencias de la salud, entendiendo el concepto salud en el más amplio sentido de la palabra y alejado del misticismo o la metafísica.
El yoga no es, por tanto, una religión, una técnica gimnástica o una filosofía, sino una disciplina que ordena el cuerpo y la mente, del mismo modo que el taichi es algo más que un arte marcial, ya que se considera un sistema de defensa personal que si bien proporciona seguridad, potencia la relajación y la concentración.
Es mejor comenzar en la adolescencia
La práctica del yoga se dirige a personas físicamente sanas, aunque puede utilizarse para tratar algunas enfermedades menores y corregir defectos de postura. Según los yoguis, lo ideal es introducirse en esta práctica durante la adolescencia, debido a que así el cuerpo es capaz de alcanzar gran flexibilidad. No obstante, aseguran que cualquier edad resulta válida para iniciarse con éxito, ya que la flexibilidad es sólo uno de los componentes de las posturas o asanas (cualquier posición que pueda mantenerse largo tiempo con comodidad).
Las diversas corrientes de yoga también coinciden en afirmar que conviene comenzar a practicarlo en un centro especializado para aprender las técnicas básicas. Se precisan tres o cuatro años, pero conviene que el alumno adapte el ejercicio del yoga a su propio desarrollo y necesidades y practique de manera individual en su domicilio aunque se aconseja seguir en contacto con el profesor y abrirse a otros métodos que complementen el estilo propio.
Técnicas y métodos
Las técnicas y los métodos del yoga que han sido universalizados (hay ocho ramas básicas) son las prácticas del Hatha Yoga (ejercicios físicos) y del Radja Yoga (ejercicios mentales).
El primer grupo, Hatha Yoga, lo forman las normas psicofisiológicas para asimilar las prácticas internas del Raja Yoga, o normas de control, desarrollo y perfeccionamiento psicomental.
Hatha Yoga. 'Ha' significa sol y 'Tha, luna, y se refieren a que esta disciplina busca equilibrar las energías solar y lunar del organismo, que corresponden al lado derecho y al lado izquierdo del cuerpo, los sistemas nerviosos simpático y parasimpático, los canales de energía vital en la columna, los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro, etc. Para lograr este equilibrio se utilizan las siguientes técnicas:
Asanas: posturas dinámicas y estáticas para desarrollar en el cuerpo fuerza, flexibilidad, resistencia, coordinación, ritmo, equilibrio y tono adecuado.
Pranayamas: técnicas de regulación consciente del ritmo respiratorio, para calentar, enfriar, equilibrar y distribuir adecuadamente la energía vital del organismo a través de la inhalación, la exhalación y la retención del aliento.
Mudras: técnicas gestuales de recanalización y dinamización de la energía vital hacia puntos específicos del cuerpo.
Bandhas: técnicas de contracción en algunas partes del cuerpo para bloquear, concentrar o contener la energía en ciertas zonas del organismo.
Shatkarmas: técnicas de purificación y limpieza interna, como limpieza de las fosas nasales, de los ojos, de los senos frontales, de la lengua y de todo el aparato digestivo, en especial del intestino.
Radja Yoga. Significa Yoga Real y persigue interiorizar la conciencia a través de la relajación profunda. Además, posibilita la percepción de diferentes puntos del cuerpo y de diversas sensaciones, emociones y pensamientos. Aspira a la concentración y a la meditación (contemplación concreta o abstracta).
ElHatha Yoga es la más extendida y popular de estas dos doctrinas, porque resulta fácil de asimilar y practicar y se alcanzan pronto los beneficios que aporta. Los expertos aseguran que permite lograr un cuerpo saludable, elástico, armónico y resistente, así como mejorar la concentración, la atención y la memoria. Su desarrollo también permite adquirir una mayor firmeza de carácter, de disciplina y de voluntad, cualidades que combaten los trastornos psicológicos y ensanchan la conciencia.
Taichi, arte marcial chino
El Taichi es un arte marcial que reúne una vasta variedad de técnicas y disciplinas de gran antigüedad y tradición en la cultura china.
Surgió en el siglo XIII de la mano del maestro Zhang Sanfeng, que unió milenarios conocimientos taoístas sobre energía vital con los conocimientos sobre la fisiología del cuerpo humano. Así, entró en un conocimiento de los meridianos por los que circula la energía vital, desarrolló la teoría de los opuestos: Yin-Yang, y su equilibrio, adaptó la teoría y simbología de los cinco elementos, el principio del continuo movimiento del universo en círculos y espirales.
El Taichi considera al ser humano como un microcosmos dinámico unido al macrocosmos, al universo, en su totalidad.
Esta disciplina no plantea exigencias o limitaciones especiales: según sus mentores, cualquier persona que desee mejorar su salud física y emocional y alcanzar el equilibrio de cuerpo y mente obtendrá beneficios notables. Su práctica podría mejorar las dolencias circulatorias, respiratorias, digestivas, nerviosas y reumáticas. Y ayuda a adquirir hábitos de vida saludables, a controlar el estrés y el sedentarismo y puede ser un complemento de otros tratamientos para vencer hábitos tóxicos como alcoholismo y tabaquismo.
Desde una perspectiva marcial, el Taichi es un sistema de defensa personal que proporciona seguridad al usuario, que logra conocer su propia fuerza y la de los demás. Según aseguran los maestros de esta disciplina marcial, la práctica continuada del Taichi permite (ya en un estadio posterior, de iniciado) la transformación de la energía vital (el Qi) en Shen o energía espiritual. Esta transformación es la base de la alquimia taoísta; lograr equilibrar las energías Yin-Yang que conforman y rigen el cuerpo y el universo. La práctica de la meditación, eso sí es indudable, aporta normalmente relajación y concentración. Hoy es más fácil acercarse a estos conocimientos, ya que muchas técnicas que antes se mantenían en secreto y sólo se enseñaban a los practicantes más avanzados o discípulos más selectos, se transmiten ahora abiertamente con el fin de beneficiar a todas las personas.
Constancia y paciencia, imprescindibles para conseguir resultados
El yoga occidental busca la relajación, pero se requieren tiempo, una cierta disciplina (para seguir las reglas) y buenas dosis de paciencia para conseguir beneficios perceptibles. Todo ello, además del tiempo necesario para la práctica del yoga (una hora por sesión). A pesar de que hay abundante bibliografía sobre filosofías orientales, lo más adecuado es iniciarse en el yoga de la mano de un experto. Así se cumplirán siempre las normas básicas:
Realizar los asanas (las posturas) con el estómago vacío y, si es posible, con los intestinos y vejiga también vacíos.
No practicar asanas inmediatamente después de un esfuerzo físico o de una exposición prolongada al sol.
Se puede beber un vaso de agua antes y después de las asanas, pero no se han de efectuar ejercicios violentos ni tomar una ducha fría inmediatamente después.
Conviene elegir una habitación amplia, con buena aireación y luminosidad. Si hace frío ha de utilizarse ropa deportiva amplia y de fibra natural (algodón, lana...) y si hace calor, la menor cantidad posible de ropa.
Al finalizar los asanas, hay que abrigarse, o taparse con una manta.
Se puede oír música relajante pero no es necesario y, en ocasiones, puede resultar contraproducente.
Via revista.consumer.es
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