Se dice que las caricias alimentan el alma, y es cierto que a través del tacto los bebés estrechan los vínculos afectivos, construyen su autoestima y aumentan su seguridad.
De hecho este sentido es el primero en desarrollarse, ya a la séptima semana de gestación, antes de poseer ojos y orejas, el feto experimenta sensibilidad cutánea. Por eso nada mejor que mimar a tu bebé con una sesión de masaje infantil.
¿Qué es el masaje infantil?
Se trata de una técnica de masajes para bebés que toma principios del yoga, la reflexología, el masaje sueco y el hindú. En algunos países iberoamericanos se conoce al masaje infantil bajo el nombre de Shantala. El nombre proviene de Frederick Leboyer, el médico francés que introdujo esta técnica en Occidente, y que recibió el conocimiento de parte de una mujer hindú llamada Shantala. En uno de sus viajes a la India, el obstetra galo observó como Shantala masajeaba a su bebé en una calle de Kerala, un estado ubicado en el Sur de la India, así fue como decidió bautizar a esta técnica con el nombre de la joven mamá.
¿En qué consiste el masaje?
Los masajes se practican en ocho áreas del cuerpo: piernas y pies, abdomen y pecho, brazos y manos, rostro y espalda. Cada movimiento tiene un nombre (vaciado sueco, abrir un libro, rodamientos, etc...)
Lo ideal es realizar la secuencia completa, pero si el bebé está irritable es preferible discontinuar el masaje y completar la técnica en varias veces.
¿Cuáles son los beneficios?
El masaje infantil es tan beneficioso para el bebé como para quien lo realiza, ya que la estimulación táctil favorece la comunicación y fortalece el vínculo entre padres e hijos.
Para el bebé:
Ayuda a mejorar los patrones de sueño y liberar tensiones
Alivia los cólicos, la constipación, la sinusitis y los dolores de dentición y crecimiento
Aumenta los niveles de hormonas relajantes (oxitocina y serotonina)
Reduce el estrés
Ayuda a crear la conexión mente-cuerpo
Fortalece el sistema inmunológico y estimula los aparatos circulatorio, digestivo y respiratorio.
Aumenta la autoestima
Estrecha los vínculos afectivos
Ayuda a descubrir la conciencia del propio cuerpo
Brinda seguridad emocional
Para los papás:
Fomenta la comunicación
Favorece el sostén y el vínculo
Ayuda a interpretar el lenguaje no verbal del niño, sus expresiones, sus gestos, los sonidos que realiza
Facilita el reconocimiento de cualquier cambio en la piel o síntoma en el cuerpo del bebé
Alivia la depresión post-parto
El masaje es un aliado para los padres, ya que les proporciona una herramienta para aliviar al bebé cuando llora o tiene algún dolor.
¿Cómo y cuándo puede practicarse?
La idea es buscar un momento del día donde tanto el bebé como su mamá o papá estén relajados. Es fundamental, además, tener ganas de hacerlo, la práctica por obligación no sirve.
El bebé no debe tener sueño ni hambre y el ambiente tiene que ser tranquilo y agradable.
Buscar una posición cómoda es fundamental. En la cama, en el suelo, sentada o arrodillada, cada una deberá encontrar la postura que le resulte más confortable para dar el masaje.
Antes de empezar es indispensable lavarse bien las manos. También hay que utilizar aceite para facilitar el deslizamiento de las manos. La Asociación Internacional de Masaje infantil recomienda que el aceite de masaje para bebés sea de alta calidad, sin perfume, prensado en frio, preferentemente vegetal y de cultivo ecológico.
¿Hasta cuándo se pueden realizar los masajes?
A medida que el bebé crece es más difícil mantenerlo quieto y calmo para que reciba el masaje. Si ya habla podemos preguntarle cuál es la parte del cuerpo en la que quiere ser masajeado; también podemos contarle historias sobre las distintas partes del cuerpo para captar su atención y utilizar canciones, rimas y juegos.
Es probable que el niño elija evitar el masaje en determinadas zonas (generalmente el rostro) en ese caso no hay que forzarlo.
Al año y medio, cuando el pequeño ya camina, se puede hacer el masajito por la noche, un rato antes de ir a dormir, ya que en ese momento el niño estará más predispuesto y el masaje actuará como un relajante que lo ayudará a conciliar el sueño.
Colocando al bebé boca arriba
Coloca a tu bebé boca arriba encima de una toalla o colchoneta. Mientras él se acomoda en la posición aprovecha para ponerte el aceite para masajes que ayudará a deslizar tus manos sobre su cuerpecito.
Masaje de los pies
Comienza por los pies, masajea las plantas, el empeine, cada dedito por separado y los tobillos. Primero con los pulgares y luego con la palma de la mano, los movimientos deben realizarse en la planta del pie, comenzando por el talón hasta llegar a los deditos. De esta manera, se favorece el desarrollo óseo del niño.
Masaje de las piernas
Continua con las piernas, realiza movimientos de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo, desde los muslos y hasta los tobillos. De esta manera se estimula el crecimiento óseo del bebé y se favorece la circulación sanguínea.
Masaje del vientre
El masaje de la zona estomacal es muy importante, ya que ayuda a evitar la acumulación de gases, previene el estreñimiento y favorece la digestión. El movimiento principal consiste en colocar tu mano a la altura del ombligo y llevarla hacia la pelvis, se practica de forma continua, primero con una mano y luego con la otra.
Masaje del pecho
Para masajear el pecho del bebé, imagínate que se trata de un libro. Pon tus manos en el centro y llévalas hacia afuera, como si estuvieras estirando las hojas de ese libro. Los masajes en esta zona fomentan el desarrollo del sistema respiratorio y evitan y favorecen la eliminación de secreciones.
Masaje de los brazos
En las extremidades superiores aplica la misma técnica que las inferiores, es decir comienza de abajo hacia arriba y luego de arriba hacia abajo. Luego, con ambas manos se toma el brazo del niño y se practica una suave torsión desde el hombro hacia la muñeca.
Masaje de las manos
Para masajear las manos sigue las mismas pautas que con los pies. Comienza por las palmas y luego por cada dedito. Este movimiento estimula el tacto del pequeño.
Masaje de la espalda
El bebé debe colocarse boca abajo. El masaje es bien abarcador, comienza en la nuca y se extiende hasta el final de las piernas, si te parece mejor, puedes detenerte en la zona de las nalguitas y en la medida en la que el bebé se sienta cómodo, seguir hasta los tobillos. Estos movimientos fortalecen los músculos de la espalda y ayudan al pequeño con el control de su cabeza.
Masaje del rostro
Si bien para algunos bebés suele ser un poco molesto, el masaje en el rostro genera una complicidad única, ya que al practicarlo puedes mantener contacto visual con tu hijo.
Coloca la yema de tus dedos en sus cejas y sigue su recorrido hacia afuera. Los bebés que están en proceso de dentición valorarán un masaje en la zona mandibular, es muy eficaz para calmar el dolor.
Via babysitio.com
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