Una de las causas que más frecuentemente nos impiden conciliar el sueño es el hecho de meternos en la cama y comenzar a darle vueltas a todas las preocupaciones que tenemos, a los problemas y asuntos que deberemos resolver al día siguiente o a lo que ha sucedido durante el día. Poco a poco nuestra cabeza se convierte en un torbellino de pensamientos imposible de parar y como resultado de ello terminamos sin dormir en toda la noche.
Para evitar esto y conseguir un sueño tranquilo y reparador es realizar una relajación mental cuando nos vayamos a dormir, con la que lograremos que nuestra mente se detenga.
Comenzaremos respirando profundamente, inhalando el aire por la nariz, notando cómo nuestro abdomen se hincha y expulsando el aire despacio por la boca. De este modo, lograremos que la tensión de nuestro cuerpo desaparezca, reduciremos nuestro nivel de estrés y eliminaremos la ansiedad que podamos sentir. Respiraremos de este modo hasta que notemos que estamos tranquilos.
En este momento, detendremos los pensamientos que viajan a toda velocidad por nuestra mente. Podemos utilizar técnicas como la parada de pensamiento y, si no funciona, realizar una actividad en la que debamos concentrarnos, que no dure mucho tiempo, como hacer un crucigrama o un puzle.
Finalmente, realizaremos una visualización, en la cual nos veamos a nosotros mismos en un lugar que nos resulte relajante, ya sea en una playa de una isla tropical, montaña, un bosque o en cualquier otro. Visualízalo con todo detalle, sonidos, olores, objetos, mientras notas cómo poco a poco te vas relajando.
Con estos tres pasos, habrás relajado totalmente la mente y el cuerpo, con lo que te resultará mucho más sencillo conciliar el sueño por muchas preocupaciones que tengas. Al principio necesitarás algo de práctica, pero con el tiempo seguramente sólo necesitarás realizar el primer paso para dormir sin problemas.
Via psicoblog.com
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