La respiración y la relajación están estrechamente ligadas. Aprendiendo a controlar la respiración, puedes conseguir combatir el estrés y aparcar las situaciones que te impiden descansar o te provocan insomnio, irritabilidad y nerviosismo
Con el convulso y vertiginoso ritmo de vida que llevamos, lo extraño sería no estar estresados. No permitas que el estrés se apodere de tu mente; véncelo enfrentándote a esas situaciones que te impiden conciliar el sueño y te provocan ansiedad y nerviosismo. Aprendiendo a controlar una herramienta tan poderosa como la respiración, conseguirás relajarte, liberar el estrés que te domina y encontrar esa sensación de bienestar que induce a un descanso profundo y reparador.
Relajación y respiración van de la mano, siendo el control de esta última una estrategia efectiva para manejar las situaciones de estrés y mitigar la presión mental y corporal. En lugar de estar en estado de lucha o huida permanente, intenta alcanzar la calma y el relax a través de ejercicios de respiración que contribuyan a aparcar las preocupaciones y a desestresarte por completo. Ya sea en casa, en la oficina o en cualquier otro lugar donde fluya la negatividad, considera estas técnicas para relajarte y dejar de darle vueltas una y otra vez al mismo asunto.
Antes de comenzar con los ejercicios, recuerda que la clave para aprender a controlar la respiración está en hacerlo lentamente y de manera fluida, profunda y silenciosa. Vas a comprobar que es cuestión de práctica y no de complejidad.
Uno de los ejercicios más sencillos consiste en aspirar por la nariz, contener la respiración y expeler el aire, contando hasta ocho cada una de las veces. Es conveniente repetir el ejercicio durante 5 o 10 minutos sin mover el cuerpo.
Para llevar a cabo otro de los ejercicios que favorecen la concentración y pueden ayudar a desconectar de los pensamientos acelerados que nos invaden, hay que colocarse con la espalda apoyada en el suelo y las rodillas ligeramente flexionadas. Asegurándonos de que la columna está en contacto con el suelo, llevaremos una mano hasta el torax y la otra a la parte inferior del abdomen. A fin de predisponer el cuerpo a un estado de desahogo y tranquilidad, suspiraremos un par de veces seguidas. Luego hay que tomar aire por la nariz, notando como se hincha el tórax, retenerlo al menos 5 segundos y empezar a expulsarlo por la boca como si se soplara con suavidad. Repetiremos el ciclo respiratorio durante 10 minutos.
Practicar la respiración profunda desarrolla la confianza y el autocontrol, además de regular el ritmo cardíaco y estimular el corazón. Tómate tu tiempo para aprender a respirar adecuadamente y utiliza elementos que te estimulen, tales como música relajante, velas aromáticas, etc.
Via muyenforma.com
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