Después de unas buenas vacaciones siempre la vuelta al trabajo siempre es muy difícil. Este proceso de transición, que es conocido como el síndrome post-vacacional, suele ser muy duro, ya que la mayoría de personas no se sienten totalmente cómodas ni a gusto en sus empleos. Sin embargo, uno no debe asustarse más de la cuenta porque este síndrome solo dura algunos días e incluso puede apaciguarse con técnicas de relajación.
El síndrome post-vacaciones se puede reconocer con mucha facilidad. Por lo general, los síntomas suelen ser irritabilidad, tristeza, desesperanza, desinterés, desmotivación, apatía, dificultad de concentración, insomnio, angustia e incluso molestias gástricas. Estos malestares son los efectos secundarios de la reincorporación a la vida cotidiana luego de un periodo de tiempo sin mayores responsabilidades.
Por lo general, el periodo del síndrome post-vacacional dura tres días, aunque en algunos casos se puede extender hasta una semana. Sin embargo, este periodo de transición siempre tiene un final. De todos modos, es recomendable poner en práctica algunas técnicas de relajación para minimizar sus efectos.
La manera más sencilla de prevenir un síndrome post-vacacional es disfrutar al máximo las vacaciones, pero no reincorporarse inmediatamente al trabajo, sobre todo después de un viaje. Es preferible adelantar la llegada unos días para que el cuerpo tenga un periodo en el que pueda acostumbrarse.
Si de todas maneras surge el síndrome post-vacacional, lo recomendable es encontrar una válvula de escape fuera del horario laboral. Esta puede ser un deporte, un hobby, una afición, etc., que haga que el trabajo no sea vuelva una totalidad. En este sentido, el yoga o la lectura son bastante útiles.
Entre las diversas técnicas de relajación, las de respiración y las que sirven para relajar los músculos son ideales. El control adecuado de la respiración es la mejor manera de hacer frente a situaciones difíciles. En estos casos, uno debería observar su respiración hasta encontrar un ritmo y mantenerlo constante y sin sobresaltos.
La inspiración abdominal también es una técnica muy útil. Su objetivo es dirigir el aire inspirado a la parte inferior de los pulmones. Para ello, uno debe situar una de sus manos en el vientre y la otra sobre su estómago. Al respirar, se debería percibir movimiento en la mano situada en el vientre, pero no en la que se encuentra sobre el estómago.
Estas técnicas se complementan muy bien con una alimentación sana, donde se reemplacen las frituras, los alimentos calóricos y los que producen digestiones pesadas por otros más saludables y que garanticen digestiones más ligeras, como los productos sin lactosa, por ejemplo.
Via .blogsinlactosa.es
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