Este artículo es para todos como siempre, pero me siento a escribirlo especialmente para quienes se preguntan, tienen la inquietud y sienten el llamado a la meditación.
Al comienzo, cuando empiezas a meditar puede que uno de tus pensamientos sea… “¿Qué hago yo aquí”. La constancia y la repetición son fundamentales para empezar y aprender a meditar y no sentir ninguna resistencia al momento de hacerlo.
Cuando me acerqué a la meditación, me contaron una historia sobre Buda que me permitió descubrir otras formas de meditar y que definitivamente me ayudó a conectar con mi silencio interior.
Puedes meditar mientras caminas.
Buda decía que puedes meditar caminando, simplemente debes concentrarte más en el suelo que pisas.
Camino a tu trabajo, a tu casa o en cualquier momento…
Decreta mentalmente que vas a meditar.
Concéntrate en el suelo.
No miras más allá de la punta de tus pies
No mires a ninguna otra parte.
Simplemente mira el camino que estás recorriendo.
Si te sientes intranquilo puedes mirar unos cuatro pasos por delante.
Cuando avances esos cuatro pasos podrás mirar otros cuatros más.
No mires más que eso.
No hace falta gastar más energía de la que vas a utilizar ahora.
Si te dispersas y miras más allá de los cuatro estarás disipando, soltando una cierta cantidad de energía.
Cuando ocurra, espera un momento, guarda silencio, enfócate en los próximos cuatros y pasos y la energía volverá.
Esta técnica de meditación puedes hacerla en paseos cortos y también aplicarla en largas caminatas. Yo lo hago en la playa muchas tardes o algunas mañanas, puedes hacerlo en un parque o en mitad de una ciudad, no hay límites.
Sólo enfócate en los cuatro pasos que tienes por delante, nunca te sentirás exhausto, al contrario… te sentirás revitalizado.
Pruébalo mañana mismo, te sorprenderás.
Via reikinuevo.com
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