Ocho ideas falsas sobre la meditación

Un experto te explica lo que NO es la meditación... y lo que sí es 

Hace poco estuve conversando con alguien interesado en tomar uno de mis cursos de meditación para el bienestar. “¿Qué te intriga de la meditación?”, le pregunté. Su respuesta fue parecida a la que dan muchas personas: “Quiero controlar mis pensamientos”, me dijo.

Tenemos la idea de que la meditación (también se refiere a mindfulness, o contemplación, como prefiero llamarle) requiere directamente apagar nuestro aparato mental y entrar en algún tipo de trance, lejos de esos fastidiosos problemas cotidianos que a veces parecen constituir nuestras vidas.

La meditación, sin embargo, es más bien lo opuesto. En vez de escapar de nuestro piloto automático mental, le damos toda nuestra atención consciente. En vez de escondernos de las experiencias de la vida –aun las difíciles–, las miramos de frente, con todo nuestro ser.

Con la práctica diligente y diaria de la contemplación nuestros pensamientos automáticos sí van disminuyendo su intensidad, pero no porque directamente los tratemos de controlar.

Lo que ocurre es que al ejercitar nuestra atención plena y nuestro enfoque, el río de actividad mental se va calmando de manera natural. Ocurre porque la atención y el pensamiento automático tienen una relación inversa. A más de uno, menos del otro. La contemplación es prestar atención plena, sin juicio, a lo que aparece en cada momento.

Si eso es la meditación, ¿cuáles son algunas de las ideas equivocadas más comunes que tenemos en relación a ella? ¿Qué cosas no es?

1. Tratar de apagar los pensamientos. Al contrario, los vamos a observar detenidamente sin aferrarnos a ellos ni rechazarlos.

2. Tratar de lograr un estado mental especial. La contemplación permite que los estados mentales surjan y los notemos, pero no los fuerza a cambiar.

3. Entrar en un trance. La contemplación no es nada especial. Es estar muy alerta a lo que ocurre.

4. Una manera de controlar la mente. En vez, la vamos a dejar fluir y observarla detenidamente y sin juicio.

5. Un escape. Al contrario, es una manera de entrar en contacto íntimo con lo que ocurre y afectar el mundo de una manera positiva. Es una forma de ver las cosas con mayor claridad y tomar acción más efectiva.

6. Adoptar pensamientos positivos. Pueden ser positivos, neutrales o negativos. Los vamos a observar a todos de la misma manera.

7. Distraernos o imaginar que estamos en otro sitio. Es el opuesto de la distracción. En vez de alejarnos de lo que ocurre, estamos atendiéndolo.

8. Complicada o extraña. Al contrario, es una manera muy simple de relacionarnos a nosotros y al mundo.

La meditación no te lleva a otro sitio, te trae a este preciso lugar donde estás ahora mismo, atendiendo a lo que ocurre en tu cuerpo, tus pensamientos y tus emociones.

Via laopinion.com

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