Las nueve reglas para practicar la meditación orgásmica

Mientras que en meditaciones convencionales suele utilizarse como punto de foco la luz de una vela como objeto de la atención, en la orgásmica el objeto que la concentra es el contacto de los genitales femeninos.

Esta práctica se conoce también como OMing (OM), y es heredera del sexo tántrico en su concepto. Alcanzar el orgasmo no es el objetivo, sino proyectar la atención en el proceso y tejer una conexión más profunda con la otra persona.

La organización One Taste, con sede en EEUU, es pionera en esta práctica, y la describen como un método que "combina el poder de la atención de la meditación con la profunda y humana experiencia del orgasmo". One Taste defiende que el orgasmo puede sublimarnos como seres humanos, y conducir a las personas "hacia la empatía, la generosidad y la comunicación". Las implicaciones positivas del orgasmo en la felicidad, la salud y las relaciones personales de los individuos son reivindicadas asimismo por esta organización.

La meditación se realiza en pareja, que puede ser sentimental o no, y se desarrolla siguiendo unas reglas muy estrictas que busca separar totalmente esta experiencia de la sexual.

La pareja propone realizar la meditación orgásmica. Ambos tienen que sentirse con la motivación para ello.

2. Crear el 'nido'

Se trata de crear espacio donde se va a llevar a cabo la meditación. Lo recomendable es situar en el suelo de una habitación una esterilla de yoga, por ejemplo, con varios almohadones y un cojín específico para que se siente la persona que realizará la práctica. Además, resultan necesarios un reloj con cronómetro, lubricante íntimo y una toalla de manos. La preparación del 'nido' es fundamental, se toma conciencia con lo que se está haciendo, funciona como un ritual. Las luces estarán encendidas, para diferenciar este momento a uno de actividad sexual.

3. Preparación de la pareja

La mujer se desviste solo por debajo de la cintura y se acomoda tumbada boca arriba en la esterilla, con las rodillas flexionadas. El hombre, al que se denomina stroker ('el que acaricia'), se sienta siempre a su derecha, porque utilizará la mano izquierda para acariciar los genitales de la mujer. Pasará su pierna izquierda, doblada, sobre el cuerpo de la mujer, y la pierna derecha la colocará bajo las rodillas de ella, de modo que su pie haga contacto con la mano izquierda de ella, y las plantas del pie izquierdo de él y el de ella se encuentren. El stroker comprueba que tiene a  mano el lubricante, la toalla y el reloj que cronometrará 13 minutos exactos.

4. Primer contacto

Como primer contacto, el hombre describirá a la mujer cómo son sus órganos genitales externos tal y como los está viendo. Pregunta a la mujer si está lista para comenzar, y si la respuesta es afirmativa, le explica dónde y cómo va a tocarla para crear una situación de confianza. A continuación, aplica lubricante en su dedo índice izquierdo y en el pulgar derecho.

5. Estimulación del clítoris

El stroker sitúa en la base de los labios vaginales el dedo pulgar derecho, lo que le servirá de apoyo, y deslizará el índice izquierdo desde ese punto hacia arriba, hasta el clítoris, para extender el lubricante. Comenzará una estimulación del cuadrante superior izquierdo del clítoris con su índice en movimientos de arriba abajo, aplicando una presión suave. Precisamente ésa es la zona en la que el clítores tiene un mayor número de terminaciones nerviosas. El objetivo es que los dos sientan el contacto. Algunas mujeres llegan al orgasmo, pero no es lo habitual.

6. El deseo

La mujer estimulada puede aprovechar para pedir lo que desee con respecto a la estimulación, dando alguna instrucción concreta a su compañero de práctico. Se trata de profundizar un poco más en la comunicación y la confianza creada.

7. Vuelta a la calma

La alarma del reloj suena a los 13 minutos, pero la meditación orgásmica dura 15 minutos. De lo que se trata en esos dos minutos que quedan es de ayudar al cuerpo a que recupere la calma y que vuelva a relajarse. Para ello, el stroker pondrá su mano derecha suavemente sobre la izquierda, tapando los genitales de la mujer y presionando levemente. Ese proceso de volver al punto de origen es necesario para ambos.

8. Recoger el 'nido'

Tras estos dos minutos de relajación, el hombre utiliza la toalla para limpiar el lubricante del sexo de la mujer y de sus manos. Ella vuelve a vestirse y ambos recogen el 'nido'. El objetivo es que ese espacio con sus componentes solo queden vinculados a ese momento.

Estos 15 minutos de meditación orgásmica conducen a muchas parejas al deseo de tener sexo inmediatamente después, pero es importante que se practique en un espacio distinto para que haya una diferenciación sin fisuras entre ambos momentos.

9. Compartir la experiencia

Como última fase, se establece un nuevo canal de comunicación entre la pareja que acaba de practicar la meditación. Por turnos, describen instantes o momentos de la experiencia física tal y como la han percibido.

Via ecodiario.eleconomista.es

0 comentarios:

Publicar un comentario