Preparación a la maternidad



Relajación y respiración


Es básico que la gestante comprenda la importancia que puede tener respirar bien o mal, para ella y para su hijo.

Con la inspiración, tomamos el aire, oxígeno, que necesita nuestro organismo para todas sus funciones. Con la espiración nos deshacemos de las sustancias que no nos sirven, el anhídrido carbónico.

Cuando el intercambio no se realiza correctamente, aparecen los efectos no deseables que dificultan la oxigenación del niño y la presencia de ácido láctico en los músculos maternos, con el consiguiente dolor.

Los efectos beneficiosos de la respiración controlada son:

- Garantizar el aporte de oxígeno necesario.
- Aumentar la capacidad pulmonar.
- Centrar la atención, durante el parto, en una actividad provechosa y eludir tener el pensamiento fijo en la contracción, posiblemente asociada al dolor.
- Crear un reflejo condicionado positivo: contracción-respiración.

Formas de respiración
Abdominal, torácica y completa

Ritmos de respiración
Rápida o lenta.
Intensidad de respiración
Profunda o superficial.

Patrones de respiración para el parto
Sincrónica, soplante, jadeo y de apnea + torácica en expulsivo.

Ejercicio de relajación


Para vivir el parto de manera consciente, de una forma muy gratificante, es necesario que controles tu cuerpo en todo momento. Ni debes dejar que sucedan las cosas de manera incontrolada, ni tampoco solicitar medicamentos con la primera contracción. Todos los tratamientos pueden tener efectos no deseables para ti o para el niño. Por eso se debe usar lo necesario pero nada más.

Existen diferentes métodos para conseguir un estado de relajación psiquica y física, pero el parto se acompaña de una carga de estrés y emotividad muy fuerte que puede hacer dificil llegar a un grado adecuado de relajación. Muchisimas mujeres lo consiguen, cuando lo desean intensamente y entrenan todo el embarazo.

En los programas de preparación se enseñan diferentes métodos que se han diseñado previamente para éste singular episodio de el embarazo y parto. Algunos de los métodos más utilizados son:
- Entrenamiento autógeno de Schulsz.
- Relajación progresiva de Jacobson.
- Sofrología

¿Quieres empezar a entrenar?

Sitúate muy cómoda, acostada sobre tu lado izquierdo y ponte una música suave, de fondo. Imagina o recuerda algún lugar que sea muy agradable para ti. Cierra los ojos y no pienses en nada ajeno a lo que pretendes hacer ahora: relajarte.

Cierra las manos y aprieta. Lo mismo con otros músculos. Debes tomar conciencia del concepto apretar-aflojar. Es básico para relajarte. Realiza una profunda inspiración y espira lenta y totalmente. Continúa con una respiración abdominal lenta. Ahora empieza el ejercicio de relajar parte a parte tu cuerpo. Empieza por la frente, aflojando los músculos y centrando tu atención en un imaginario punto en el centro.

Luego visualiza todo tu cuerpo, poco a poco, y ordena a tus músculos que descansen ahora. Cuando llegues al vientre conecta con tu hijo y habla con él. Dile mentalmente todas las “amorosidades” que sientes. Asegurale que él te gusta, aún sin conocerle y que le amas profunda e incondicionalmente. Que siempre será así.

Cuando consigas que todo tu cuerpo esté relajado, puedes percibirlo con una sensación de peso. Como si tu cuerpo pesara mucho màs. También se percibe como si no pesaras nada y estuvieras flotando entre nubes. Esto no es importante.

Cuando pasen unos quince minutos, puedes terminar el ejercicio realizando una inspiración y espiración profunda. Al mismo tiempo moviliza los dedos de las manos y los pies para comprobar tu tono muscular. Poco a poco tonifica el resto del cuerpo y abre los ojos. Tu ejercicio ha terminado. Para conseguir manejar bien el ejercicio y su efectividad solo tienes que practicarlo cada dia.

Terra / MªAngeles Rodríguez Rozalén (Presidenta de la Asociación Nacional de Matronas)

Fuente mujer.terra.e

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