Automasaje de tus manos
Una de las formas para aliviar el estrés y obtener una relajación que ayude a distenderte y a sentirte mejor es aplicándote unos automasajes en las manos.
En tres sencillos pasos aprende a masajear tus manos para que el alivio y relax llegue también al resto de tu cuerpo:
1- Sentado, con los codos apoyados sobre tus muslos, comienza frotando con suavidad una de las dos manos (empieza por la que quieras). Aplica el movimiento tanto por la cara externa como por la interna de la mano (palma), así como también por la muñeca. Luego, relaja la mano que utilizaste para frotar y apóyala sobre la otra. Repite la acción, pero con la otra mano.
2-Posiciona una de tus manos con la palma hacia arriba y sujeta tu muñeca entre los dedos pulgar e índice de tu otra mano. Con la punta del pulgar masajea la muñeca y la parte inferior de tu palma, apoyando la muñeca sobre los otros dedos de la mano que sujeta. Luego, masajea toda la palma con movimientos circulares profundos.
3-Finalmente, gira tu mano y aplica el masaje con el dedo pulgar en el dorso de la muñeca y de la mano. Ve realizando pequeños movimientos circulares por toda la zona, entre los huesos del dorso de la mano, desde los nudillos hasta la muñeca. No olvides de sujetar ésa palma con el resto de los dedos, presta atención a no tensionar ni tus hombros ni los brazos, sino que estén relajados. Luego puedes masajear también tus dedos.
*Tampoco olvides, durante el transcurso de tu sesión de automasajes, de respirar pausada y profundamente, y de concentrarte en lo que estás haciendo.
Otra técnica de automasaje muy simple
Practicarlo en nuestras manos también puede ser la clave para sentirnos mejor. El primer paso consiste en saber qué resultados puede brindarnos cada movimiento y -como en todos los casos- realizarlo de manera cuidadosa, regular y metódica.
Lo cierto es que tal es la repercusión que las manos tienen sobre nuestro cuerpo que, por ejemplo, ejerciendo leve presión para practicar un buen masaje con el dedo pulgar sobre la palma de la mano contraria será posible lograr relajación total, y con ello recuperar nuestro natural equilibrio.
Por otra parte, los masajes en las manos también permiten recuperarnos frente a situaciones puntuales. Por ejemplo, una suave presión en la segunda falange del dedo meñique permitirá combatir la fatiga.
En cambio, si esta misma presión se ejerce recorriendo el nacimiento de los huesos que se ubican en el ángulo que abarca los dedos pulgar, índice y mayor será posible aliviar un dolor de cabeza, pero también aplacar un dolor de muelas.
En cualquier caso, las presiones y movimientos deben ser lentos y firmes pero suaves, nunca deben provocar dolor. El recorrido debe ser lento y sereno, tomando en cuenta cada músculo, tendón o hueso del área que se está trabajando.
Fuente barcelonaviva.es
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