Los masajes también son beneficiosos para los niños mayores

Todos conocemos los beneficios de los masajes proporcionados a los bebés y desde que las mamás acudimos a los cursos de preparación al parto, se nos inculca el valor de los beneficiosos masajes a nuestros hijos.

Y como a mi hijo de 6 años le siguen encantando los masajes (a quien no), me he ido a investigar a la página web de la asociación española de masaje infantil, donde he encontrado puntos interesantes donde nos explican que se puede trasladar a nuestros niños algo mayorcitos esos citados beneficios a pesar ya de no ser unos bebés, ya que su constante crecimiento tanto físico, como emocional, requieren de unos cuidados que pueden apoyarse también en esta relación tan especial y vinculante que surge a la hora de recibir cariño y amor en forma de masajes provenientes de sus padres.

Los beneficios son los siguientes:



Nivel fisiológico

Sistema nervioso:

La piel es el mayor y más poderoso sistema de comunicación de que disponemos; a través del tacto se transmiten infinidad de mensajes del medio externo al interno (el cerebro).

Estos estímulos externos, durante gran parte de la vida del niño se reciben principalmente vía tacto (hasta los 12 años sigue siendo el sentido predominante para integrar información del mundo exterior). El tacto favorece el proceso de mielinización.

A partir de los 7 años, el proceso de inhervación del córtex se suma al proceso de la mielinización que se haya producido.

Sistema inmunológico:

Una situación de tranquilidad mantiene en equilibrio el sistema inmunológico y mejora su funcionamiento. El estrés, por el contrario, lo debilita.

La seguridad emocional que podemos ofrecer al niño a través de un contacto corporal amoroso y continuado, así como el hecho de favorecer un estado de tranquilidad y relajación, fortalecerán su sistema inmunológico.

Sistema gastro-intestinal:

El masaje ayuda en situaciones de cólicos y gases a disminuir el dolor y las incomodidades, así pues, favorece a la creación de un ambiente más distendido en la familia facilitando una mejor relación entre padres e hijos.

Sistema respiratorio:

El masaje en la zona del pecho, espalda y hombros ayuda a regular el sistema respiratorio.

Sistema circulatorio:

A mayor aporte de oxígeno mayor limpieza de la sangre. Los movimientos de vaciado venoso (los de entrada) ayudan al retorno de la sangre al corazón y producen un efecto tonificante. Los de salida ayudan a la sangre a llegar hasta los extremos (manos y pies) y producen un efecto relajante.

Sistema linfático:

Ayuda a drenar el sistema linfático suavemente.

Sistema muscular:

El masaje tiene un efecto relajante y tonificante de la musculatura. Ayuda a disolver nudos de tensión física y emocional, que el niño va acumulando a lo largo de los días.

En el niño, las tensiones físicas se acumulan en diferentes zonas musculares según la fase motriz en la que se encuentre.
Placer sensorial

El placer sensorial es importantísimo para poder vivir el cuerpo y el ser con libertad, obertura, sensualidad, sensibilidad y autonomía.

El masaje es una muy buena herramienta que nos permite tomar conciencia de forma placentera de las dimensiones y el espacio de nuestro cuerpo en relación al espacio externo.

Nos permite conocer nuestros límites corporales, que en el futuro nos ayudarán a conocer nuestros límites respecto a los demás y a respetarlos.

Si este conocimiento ha sido placentero, implica una aceptación buena de uno mismo, factor importantísimo para la seguridad, confianza y autoestima. Esta seguridad es la que nos mantiene en equilibrio emocional y nos permite abrirnos al mundo aceptando a los demás.
Equilibrio tensión-relajación. Función liberadora

Tensión: porque el estímulo táctil, auditivo, visual, emocional… que “juegan” en el masaje, ponen al niño en estado de alerta, i lo abre a procesos de memorización y aprendizaje.

Relajación: porque reduce la tensión excesiva cuando se canaliza. Ayuda a autorregular y procesar las experiencias vividas y permite al niño liberar las tensiones acumuladas del día con la persona en quien más confía, en un clima cálido, tranquilo, de amor y acogida.

Con el masaje, el niño aprende a responder a la tensión con la relajación.

El contacto corporal, vivido de forma positiva, ayuda al niño a disolver tensiones corporales-emocionales, ya que le permite una vía de canalización y salida de sus angustias.

Por lo tanto podemos decir que el masaje en los niños tiene dos funciones liberadoras:

Liberadora de tensiones físicas producidas por la tensión excesiva.
De liberación emocional.
Vinculo afectivo

Ayuda a crear y a nutrir los lazos entre madre/padre/niño, que tan importantes son en la relación y comunicación entre ellos.

Cuanto más vinculados estén los padres respecto al niño:

Más vinculado estará el niño con los padres, convirtiendo esta relación comunicativa tan fuerte en la base sobre la que se ira construyendo el desarrollo positivo de su persona.

Este vínculo no solo se puede establecer con la madre. La función del padre es básica en el nuevo núcleo familiar.

El masaje permite al padre encontrar una relación intensa con su pequeño.

Menos probabilidad habrá de abandono físico, psíquico o emocional del niño, y por lo tanto, disminuye el riesgo de maltrato infantil.

Cuando hay unos vínculos afectivos fuertes, hay una buena base para un mejor conocimiento mútuo.

Aunque las condiciones no hayan sido favorables y no se haya podido establecer una vinculación inicial, el masaje infantil puede ser una vía para potenciar este vínculo.

El texto lo he extraído de la web que tiene la Asociación Española de Masaje Infantil y me gustaría compartir que me ha resultado verdaderamente sencillo de cambiar y adaptar la aplicación de los masajes a cualquier niño, puesto que los beneficios se pueden aplicar a nuestros hijos aunque resulten algo mayores.

Si queréis más información sobre el tema os enlazo la web de la Asociación Española de Masaje Infantil.

Fuente pequesymas.com

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