El parto es un proceso físicamente agotador y mentalmente estresante. Relajarse es esencial para controlar el dolor y para lograr que todo se realice sin complicaciones para la madre y el bebé. Una madre relajada puede controlar todas las fases del parto, recuperarse entre contracciones y colaborar activamente con el equipo médico para que el bebé nazca en las mejores condiciones.
La relajación también reduce la tensión muscular y ayuda, de este modo, a contrarrestar la fatiga.
Aunque médicos y matronas van indicando a la parturienta lo que tiene que hacer cada momento es conveniente conocer las técnicas básicas de relajación en el parto, que se explican en los cursos de preparación al parto.
La relajación hay que practicarla a lo largo de todo el embarazo, implicando a la pareja, en un ambiente tranquilo, cálido, que permita la concentración.
Unos minutos al día para practicar posturas de relajación y técnicas respiratorias son fundamentales para un buen parto.
Posturas que relajan
Cuando comienza el trabajo del parto la madre puede adoptar una serie de posturas que la ayuden a superar las incomodidades que a partir de ese momento comienzan.
En general, hay que considerar que la gravedad es una buena cooperante del parto, que ayuda a colocar al bebé en la posición correcta.
Por eso, no es conveniente permanecer acostada boca arriba.
Estar de pie facilita el proceso y proporciona sensaciones de libertad y comodidad.
Agacharse, si no resulta físicamente incómodo, ayuda a la circulación y a la colocación del bebé, lo mismo que sentarse con las piernas cruzadas.
En la cama se puede permanecer acostada sobre el lado izquierdo para descansar lo máximo posible.
En general, se recomienda cambiar de postura a menudo durante la fase inicial del parto y no permanecer demasiado tiempo en la misma posición. Un cambio postural cada treinta minutos es muy recomendable.
Técnicas de respiración para relajarse
Para una correcta relajación durante el parto es esencial controlar el proceso de respiración, que ayudará a controlar el dolor.
Hay que entrenar previamente les técnicas respiratorias y la madre debe conocer su frecuencia respiratoria normal, pues a lo largo del parto deberá respirar a ritmo más fuerte o más lento, según las fases del proceso.
Además, una adecuada técnica respiratoria permitirá mantener el aporte de oxígeno al bebé en los momentos críticos del nacimiento.
Las técnicas básicas de respiración durante el parto son las siguientes:
Respiración abdominal
Se practica durante la fase de dilatación del cuello uterino para controlar el dolor de las contracciones y se ejecuta de la siguiente manera.
La madre debe tomar aire por la nariz hasta llenar los pulmones lo más posible. El abdomen se hinchará poco a poco. A continuación expulsará el aire por la boca mientras contrae lentamente los músculos del abdomen.
Esta respiración se hará en cada contracción y ayudará a la oxigenación del bebé, pues durante esta fase disminuye de forma considerable.
Entre contracción y contracción hay que recuperar la respiración normal para recuperar fuerzas.
Respiración para empujar en la fase de expulsión
Se realizan varias inspiraciones cortas y profundas y se aguanta la respiración al tiempo que se contraen los músculos del abdomen.
Después se expulsa el aire al tiempo que se relajan los músculos.
Hay que tener e cuenta que en esta fase decisiva del parto no hay que hacer fuerza con el cuello, sino con el abdomen, por lo que bajar la barbilla hacia el pecho puede ayudar en la operación.
Jadeo
Esta técnica respiratoria ayuda a controlar los deseos de empujar de la madre, que sólo debe hacerlo cuando lo indique la matrona.
Se toma aire se expulsa de forma sucesiva en forma de soplo continuado o jadeo.
Fuente mujer.terra.es
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