La presión que soportan las piernas varía según la posición que adoptemos. Al estar de pie es máxima, ya que descansa sobre ellas todo el peso; si nos reclinamos ésta se reduce considerablemente.
Si estamos sentadas y las cruzamos, añadimos un problema más a la circulación al comprimir las venas detrás de las rodillas, con lo que el efecto de fatiga será mayor al terminar el día.
El ejercicio, incluso por mas simple que se vea, tiene una serie de consecuencias benéficas sobre estas. La musculatura al contraerse ejerce presión sobre las venas ayudándolas en su tarea de impulsar la sangre de regreso al corazón. Cada movimiento actúa como un masaje con sus excelentes resultados.
Relájalas
Descansando y relajándolas
• Sentada contrae la musculatura de las piernas empujando con fuerza los pies sobre la superficie de apoyo, juntando las rodillas y muslos con fuerza.
• Acostúmbrate a hacerlo repetirlo varias veces al día.
También así se relajan
• Mover los dedos de los pies
• Apoyarse sobre las puntas y los talones de vez en cuanto durante el día también contribuye a facilitar el flujo de la sangre.
Con una rutina sencilla
Para mantenerlas agiles y estilizadas tiéndete en el suelo, pon las manos a los costados del cuerpo y:
1) Eleva ambas piernas rectas sobre la pared formando un ángulo. En esa posición, ejecuta serie de movimientos de zigzag 10 veces seguidas.
Ejercicios para relajar las piernas
2) Con las manos a los costados del cuerpo, apoya los pies en la pared con las piernas muy juntas y estirando todo el cuerpo. Repítelo diez veces.
Ejercicios para relajar las piernas
3) Eleva las piernas, flexiona una al tiempo que estiras la otra apoyándote en la pared. Hazlo diez veces.
Fuente: cuidadodelasalud.com
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