El masaje es un ritual de paz, de seguridad, y de amor entre padres e hijos
El bebé que recibe amor durante su infancia esta siendo preparado para ser un adulto equilibrado, sin traumas y que transmitirá buenos sentimientos a los demás y a toda la naturaleza.
Durante el masaje, el cambio de cariño beneficiará tanto al bebé como a su familia. Se desarrollan los lazos entre el bebé y sus padres, y tanto el padre como la madre podrá controlar el estrés diario y las tensiones físicas y emocionales.
Aunque los padres no tengan todo el tiempo del mundo para estar con sus hijos, si se proponen reservar parte de su tiempo todos los días para dar un masaje a sus hijos, estarán beneficiando a su bebé y no se sentirán tan "culpables" por no poderle prestar en algunas ocasiones toda la atención que requiere.
Lo importante es que durante el masaje todos los pensamientos y preocupaciones se aparte y toda la energía se concentre en el bebé. Es fundamental desarrollar ese otro diálogo y masajear al bebé en silencio. La comunicación durante el masaje será a través de las manos y las miradas.
El masaje es un gran encuentro entre padre e hijo
Es necesario saber respetar los deseos y la disponibilidad del bebé y también de sus padres. Habrá días que, por alguna razón, tu bebé no se muestre muy disponible al masaje; del mismo modo que el padre o la madre. En este caso, no se debe insistir. Se hace un poquito más al día siguiente.
Si los padres no están relajados lo suficiente para dar el masaje al bebé, mejor que no insistan en ello. Su bebé lo percibirá y puede que no se relaje como debería. En ese caso lo mejor es sustituir ese momento del masaje por otra actividad que no necesite tanta concentración, como cantar canciones infantiles, leer un cuento, etc.
El masaje es un ritual de paz, seguridad, tranquilidad y amor entre los padres y los hijos.
Fuente: guiainfantil.com
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