El baño (en bañera, quiero decir) queda cada vez más relegado a una función de relajación, perdiendo puntos en eficacia, comodidad y sensibilidad medioambiental ante la ducha.
Esto no quiere decir que vaya a desaparecer como elemento mobiliario de los pisos actuales ya que las oportunidades que ofrece para distraernos del estrés cotidiano nos siguen convenciendo. Os sugerimos algunas ideas para que el baño se convierta en una vía de escape en un día agotador.
Elige el momento con antelación. El baño es una imagen psicológica igualmente positiva, si en un día duro fantaseamos con la idea de que al final de la jornada nos espera esta experiencia, también nos ayudará.
No pongas el agua muy caliente. La sensación posterior es tan soporifera que no te va a permitir descansar correctamete.
Juega con la luz. Es frecuente utilizar el tiempo del baño para reflexionar sobre el día o para planificar nuevos proyectos, si el ambiente está rodeado de una luz ténue o de alguna vela, seguro que podrás desatar la imaginación con mayor libertad.
No cenes después de la bañera, procura tomar algo ligero una media hora antes de meterte en el agua.
Fuente: vitonica.com
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