Técnica de masaje reflexológico.

A lo largo de toda la sesión de masaje se utilizan una serie de técnicas o manipulaciones propias de la reflexología. Para practicarlas es fundamental que el reflexoterapeuta sepa cómo colocar las manos y los dedos. Las dos manos deben actuar como un equipo compenetrado: una es la “mano de sostén” del pie, que se encarga de mantener éste siempre bien sujeto, y la otra es la “mano de trabajo”, que actúa sobre los puntos reflejos. Así, las principales técnicas o manipulaciones de la reflexología son:

    Técnica de arrastre. Se realiza con el dedo pulgar de la mano inclinado en un ángulo de 45º respecto al punto del pie que se va a tratar. Con él, se ejerce una ligera presión a la vez que se va deslizando hacia abajo por una zona determinada con el fin de arrastrar cristalizaciones y limpiar impurezas retenidas en algunos puntos.

    Técnica de caminito. Se utiliza también el dedo pulgar, pero en una determinada posición: doblado por la primera articulación. Así, el dedo se va moviendo por la zona correspondiente, haciéndolo caminar hacia delante, doblando y desdoblando ligeramente la primera articulación. Con esta maniobra se consigue llegar con más intensidad al punto que se está tratando.

    Técnica del adiós. Se emplea fundamentalmente en la zona refleja de la columna y consiste en mover la palma de la mano de un lado para otro.

    Técnica de rotación. Suele utilizarse sobre zonas especialmente delicadas y sirve para detectar si en el punto tratado existe un exceso o falta de energía. Como su propio nombre indica, consiste en presionar con el pulgar e ir realizando movimientos circulares en el mismo sentido o en sentido contrario a las agujas del reloj. En el primer caso, la rotación tiene un efecto tonificante y se utiliza para lograr una apertura energética del punto tratado; en cambio, cuando se efectúa en sentido contrario a las agujas del reloj, tiene una acción sedante muy positiva siempre que exista un exceso de energía.

    Amasamientos. Es uno de los movimientos utilizados para relajar. Se toma la parte superior del pie con la mano izquierda y se coloca la derecha en forma de puño contra la planta del pie. Ésta se presiona contra la planta mientras se aprieta con la otra mano como si se estuviera amasando el pie.

    Fricciones. Estos movimientos se realizan con toda la palma de la mano, desplazándola de forma suave por el área masajeada.

    Aflojamiento de tobillo. Con el pie colocado enfrente del reflexoterapeuta, éste coloca ambas manos bajo la articulación del tobillo y las va moviendo rápidamente de arriba abajo, cada una en una dirección opuesta a la otra.
    Técnica de la ola. Se trata de una manipulación utilizada en el masaje energético, que consiste en agarrar todo el pie sujetándolo por la mitad e ir moviéndolo hacia delante y hacia atrás a modo de ola.

    Técnica de abanico. Se utiliza también en el masaje energético y se lleva a cabo colocando la mano en forma de cuenco por encima de los dedos, abanicándolos sin llegar a tocarlos.

En la mayoría de estas técnicas el dedo pulgar es el principal instrumento de trabajo, mientras que el resto de los dedos de la mano sirven de apoyo a éste, actuando como palanca, es decir ejerciendo una oposición al pulgar o ayudando en las rotaciones. El dedo es el puente que permite contactar ya no sólo con el cuerpo del paciente, sino con su mente, y ofrecerle información de todas las posibles anomalías que pueden afectarle. Por eso, es fundamental que el reflexoterapeuta disponga de una sensibilidad especial en la yema de sus dedos o, en su caso, que llegue a adquirirla realizando una serie de ejercicios específicos durante un tiempo determinado.

Fuente: sabervivir.es

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