Cuando nos tenemos que enfrentar a un problema o un revés de la vida, muchas veces nos mostramos impotentes, considerando que no tenemos ningún control sobre lo que nos ocurre o que somos incapaces de dominar nuestra vida.
Sin embargo, aunque no podemos controlar lo que nos ocurre, sí podemos decidir cómo nos enfrentamos a ello y, dependiendo de cómo lo hagamos, podremos sobreponernos con más facilidad a las circunstancias adversas o sacar mayor provecho de las favorables.
La clave para lograrlo está en nuestra actitud, más concretamente en la actitud positiva. Nuestra actitud no sólo va a tener influencia en cómo nos enfrentamos a los desafíos de nuestra vida, sino que también es un factor importante de cara a cómo nos consideramos y nos vemos a nosotros mismos, y, por ello, de nuestra autoestima.
Tener una actitud positiva no significa vivir de un modo ingenuo, ignorando los problemas o dificultades con los que nos encontramos. Dicha actitud nos permite ver más allá del problema, contemplando todas las posibles soluciones existentes en torno al mismo.
La actitud positiva también nos ayuda a creer en nosotros, porque parte de la base de que podremos enfrentarnos a todos los obstáculos con los que nos encontremos a la hora de conseguir nuestras metas y nuestros sueños, e incluso nos permite ver los errores o los fracasos desde un punto de vista positivo, considerándolos un aprendizaje o una enseñanza que podemos utilizar para la consecución de dichas metas.
Para lograrla, es importante que aprendamos a dejar a un lado la negatividad, deteniendo y no dando crédito a los pensamientos o a las personas negativas. A la hora de expresarte, intenta hacerlo de un modo positivo e intentar encontrar siempre el modo de ver vaso medio lleno.
Via aludpasion.com
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