Sobre la relajación y consciencia en la mesa


En esta ocasión vamos a tocar el interesantísimo tema de la relajación y de la consciencia al momento de comer.

Las primeras preguntas que le hago a un paciente que quiere bajar de peso son: ¿Le gusta comer? (Generalmente responden: ¡Sí!), ¿Come usted rápido? (Generalmente constestan: Sí…muy rápido). Entonces les vuelvo a pregunta: Y si le gusta comer ¿por qué come rápido?...en realidad, nunca saben qué responder. En fin, no es un pecado comer rápido, sin embargo, es un hecho que comer rápido es un sinónimo de estrés.

Los momentos cortos de estrés son deseables, ya que si te persigue un oso o te encuentras perdido(a) en una isla o en una guerra, lo más conveniente es que te estreses para resolver la situación en la que te encuentras. Tu cuerpo entra entonces es un ESTADO DE SUPERVIVENCIA  en el cual muy sabiamente “piensa”: No sé si me vayan a salvar de esta isla o si se acabe la guerra, mejor ALMACENO GRASA POR SI VIENEN TIEMPOS DE HAMBRUNA.

Cuando te encuentras estresado(a) en tu oficina, pensando que el mundo se va a acabar si no le entregar un reporte a tu jefe, tu cuerpo no diferencia esta situación de estrés con la situación de guerra. Para  tu cuerpo, te encuentras en un ESTADO DE SUPERVIVENCIA EN EL QUE HAY QUE ALMACENAR GRASA. Esto se da desde un punto de vista bioquímico por la elevación de una hormona llamada cortisol.

Ahora bien, lo ideal sería que todos viviéramos felizmente en situaciones perfectas, sin embargo, por lo menos en nuestro país, eso está un poco complejo. Por lo tanto, lo que les propongo es que traten en la medida de lo posible de tomarse todo con más filosofía, de interpretar los hechos con más sabiduría y de rodearse de situaciones y personas en las que se encuentren contentos. Si esto no lo logran, únicamente les voy a pedir una cosa: COMAN LENTO. Que en el momento en que te sientas en la mesa, no pienses en nada más que en disfrutar intensamente tu comida. No te voy a pedir que mastiques 50 veces cada bocado, sino simplemente DISFRUTA tu comida. Si en verdad te gusta comer, AHORA DISFRÚTALO. Nunca comas algo que no te sabe bien.

Comer lento trae consigo un sinnúmero de beneficios inimaginables. En primer lugar evita que tu cuerpo continúe estresado en un ESTADO DE SUPERVIVENCIA almacenando grasa. Por otro lado, le das tiempo a tu cuerpo de entender que está comiendo, de tal suerte que te des la oportunidad de segregar saliva, ácidos gástricos, enzimas, etc. para que la digestión y absorción de los alimentos sea adecuada, cosa que no sucede cuando literalmente tragas (sin masticar) la comida y le cargas mucho más trabajo a tu cuerpo (sintiéndote somnoliento y cansado pues toda la sangre se va a tu digestión).  No sólo le darás tiempo a tu cerebro de entender que estás comiendo, sino a tu estómago de darse cuenta hasta que punto honestamente necesitas comer.

Otra ventaja de comer lento es que te darás tiempo de RESPIRAR. Hay veces que las personas ya casi se están ahogando y continúan comiendo (es asombroso el comportamiento que los seres humanos podemos tener). Esto es lo más indeseable para perder peso, ya que como ustedes saben, para quemar lo que sea (en este caso calorías) se necesita OXÍGENO para la combustión.

Por otro lado, si comes rápido, tus papilas gustativas (¡que por algo tienes en tu lengua!) nunca se satisfacen y al final del día quieres comerte una vaca y 2 conchas porque tus papilas nunca sintieron ninguna satisfacción. Los seres humanos estamos genéticamente programados a buscar el placer y evitar el dolor, la comida es un gran placer (¡aunque no el único!...ya hablaremos de eso). Si comes lento tus papilas gustativas estarán muy agradecidas y por lo tanto comerás menos quedando satisfecho.

Via ernandarojas.com

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