Automasajes para aliviar 10 molestias cotidianas

Existen pocas cosas más relajantes que un buen masaje. Sin embargo, para disfrutar de sus beneficios no necesariamente debemos acudir a un spa o contratar los servicios de un masajista. Nosotros mismos, creando un ambiente adecuado y utilizando nuestras manos, podemos alcanzar el relax y el bienestar que nuestro cuerpo necesita todos los días.

Los masajes son una manipulación de los tejidos blandos del cuerpo, que ayudan a estimular el sistema circulatorio, a relajar músculos y a eliminar los desechos tóxicos de nuestro organismo. Pero también poseen importantes beneficios a nivel mental, ya que producen un efecto anti-estrés y de relajación total. Las técnicas de automasaje están inspiradas en terapias tradicionales como la reflexología, la acupuntura y el shiatsu. En este sentido, un buen masaje requiere gestos precisos como:

    Roces: normalmente son rozamientos dulces y ligeros.
    Presiones: pueden deslizarse o mantenerse en el mismo punto.
    Amasado: suele ser un movimiento profundo, similar a la acción de amasar una masa.
    Golpeteo: es un movimiento más enérgico y estimulante, pero nunca fuerte.
    Fricción: se utiliza para calentar la zona a tratar. Es decir, se la aplica antes de comenzar el masaje y también para finalizarlo.

Según la zona a masajear, estas maniobras se pueden hacer con las manos, las palmas, los nudillos o la punta de los dedos.

A continuación, le ofrecemos una guía completa con distintas opciones de automasajes para aplicar en zonas del cuerpo que sufren a diario el estrés y las presiones cotidianas. Además de relajarlo, le ayudarán a combatir pequeñas dolencias, calambres, estreñimiento, insomnio, nerviosismo e irritabilidad.

ANTES DE COMENZAR…

En primer lugar, debemos preparar el lugar donde se realizará el masaje. Además de ser cómodo, amplio y aislado, es importante acondicionar el ambiente. Para ello, podemos recurrir a música relajante con sonidos de la naturaleza, aceites aromáticos, inciensos y velas. Si bien el masaje se basa en el tacto, el resto de los complementos ayudan a relajar los demás sentidos.

Por otra parte, también es fundamental encontrar el momento más oportuno, ya que para realizar el automasaje correctamente hay que hacerlo sin prisa.

PREPARANDO NUESTRO CUERPO PARA EL MASAJE

    Ubíquese en el lugar elegido, adoptando una posición en la que se sienta cómodo y tranquilo, ya sea sentado o acostado. Recuerde quitarse todo lo que pueda oprimirlo como cinturón, reloj y joyas.
    Comience a respirar lenta y profundamente.
    Evite las comidas pesadas antes y después del masaje. Para facilitar la eliminación de toxinas, beba mucha agua o infusiones con hierbas drenantes.
    En caso de dolor, interrumpa el masaje inmediatamente. Si bien pueden aparecer ciertas molestias pasajeras como ligeros dolores de cabeza o transpiración, el masaje no debe ser en ningún momento desagradable.
    No realice automasajes sobre una herida u operación reciente. Tampoco si está embarazada o tiene problemas en la piel, varices, migrañas o huesos frágiles.

Para facilitar el masaje o llegar a algunos lugares del cuerpo difíciles de alcanzar, podemos recurrir a algunos accesorios como bolas anti-estrés, masajeadores corporales y bolas manuales chinas.

Además, para que nuestras manos se deslicen más fácilmente por la piel, lo mejor es utilizar aceites para masajes. Si quiere potenciar los efectos relajantes, también puede agregarle algunas gotas de aceites esenciales de romero, lavanda o jazmín.
AUTOMASAJES PARA ALIVIAR MOLESTIAS COTIDIANAS

1) TOBILLOS HINCHADOS

    Siéntese en el piso, doblando la rodilla para alcanzar mejor el tobillo. Si puede, apoye completamente la planta del pie sobre el suelo. Deslice las palmas de las manos desde el pie hasta la rodilla, con movimientos ascendentes lentos y suaves.
    Masajee el tobillo realizando movimientos circulares fluidos con dos dedos. Repita seis veces en sentido de las agujas del reloj y seis en sentido opuesto.
    Utilice la yema de dos dedos para hacer pequeños movimientos de amasado alrededor de los tobillos, como si hiciera un rollito con la piel. Masajea los dos lados al mismo tiempo, realizando el amasado en sentido de las agujas del reloj. Repita tres veces.
    Ubique una mano detrás del tobillo y presione suavemente sobre el tendón de Aquiles con la punta de los dedos. Ascienda y descienda desde el talón hasta donde comienza la pierna, siempre manteniendo los dedos a ambos lados del tendón. La presión debe ser ligera y agradable.
    Repita con el otro tobillo.

2) TRÁNSITO LENTO

    Acostado boca arriba, coloque la palma de una mano sobre el abdomen. Con los dedos, realice un pequeño círculo alrededor del ombligo en sentido de las agujas del reloj. Comience con una presión muy ligera y luego, auméntela progresivamente. Realice cuatro círculos.
    Coloque una mano sobre la otra y con las palmas de la mano, realice círculos más grandes que los anteriores, cubriendo toda la parte abdominal. El movimiento debe ser firme y siempre siguiendo las agujas del reloj. Repita cuatro veces más.
    Utilice la yema de los dedos de una sola mano para hacer pequeñas rotaciones, siguiendo el mismo sentido que los círculos anteriores. Repita sólo una vez.
    Amase delicadamente su vientre con el dedo gordo e índice.
    Para relajar la zona abdominal, aplique ligeras presiones deslizantes que vayan de izquierda a derecha, una mano tras otra, en forma de ola. Realice el tiempo que usted desee.
    Para finalizar, ubique sus palmas justo debajo del ombligo, con la puntas de los dedos tocándose. Mantenga la postura 1 minuto. Respire lenta y profundamente y relájese.

3) TENSIÓN LUMBAR

    Arrodillado, apoyando la cola sobre los talones y la espalda bien derecha, coloque las manos sobre la cintura. Trate de ubicar los dedos lo más cerca posible de la columna y presione con los pulgares llevando la fuerza hacia al centro.
    Lleve los dedos hacia el borde externo de la cintura (justo donde se ubica la costura de la remera) y presione deslizando el pulgar hacía adentro. La presión debe estar dirigida a la zona lumbar.
    Coloque nuevamente los dedos en el borde externo de la cintura, pero ahora empuje hacia fuera.

4) PIERNAS ACALAMBRADAS

    De pie, ubíquese a unos 50 centímetros de una pared y ponga sus manos sobre ella. Coloque la pierna acalambrada detrás de la línea de la espalda, tan lejos como sea posible pero sin forzarla. Deje ambos pies completamente apoyados en el suelo.  Luego, doble la rodilla de adelante y apóyese lentamente sobre la pared, sin elevar el talón de la pierna trasera. Sienta cómo se estira la pierna y relájela progresivamente. Mantenga esta postura durante 10 segundos.
    Sentado con las dos piernas extendidas, coloque la pierna dolorida encima de la otra. Masajee la pantorrilla con una mano y presione firmemente el músculo. Termine con una presión deslizando las manos desde el tobillo hasta la rodilla para estimular la circulación sanguínea.

5) INSOMNIO

    Con la palma hacia arriba, tome su muñeca con los dedos pulgar e índice de la otra mano. Con la punta del pulgar masajee la zona, siempre apoyando la muñeca sobre los dedos de la mano que sujeta. Luego, aplique en toda la palma movimientos circulares profundos.
    Gire la mano y aplique pequeños movimientos circulares con el dedo pulgar en el dorso de la mano y entre los huesos. Mientras lo hace, preste atención a no tensionar los hombros ni los brazos.
    Luego, masajee la punta de los dedos, realizando pequeños círculos y presiones. Trate de relajar y poner la mente en blanco.
    Presione cada dedo contra la palma de la mano opuesta, con fuerza, durante 5 minutos.

6) VISTA FATIGADA

    Frótese las manos para calentarlas. Luego, cúbrase los ojos con las palmas de las manos, juntando bien los dedos para provocar la mayor oscuridad posible. Quédese en esa posición durante 2 ó 3 minutos.
    Deslice sus dedos desde las mejillas hasta las orejas con un movimiento suave. De esta manera, ayuda a estimular la circulación sanguínea de esta zona. Repita seis veces.
    Coloque los dedos índice y mayor sobre el ángulo interno de los párpados. Realice pequeñas presiones hacia el exterior, a lo largo del párpado. Repita tres veces.
    Apriete suavemente alrededor de los ojos con la yema de todos los dedos. Termine abriendo y cerrando los ojos varias veces.

7) INESTABILIDAD EMOCIONAL

    Tome su pie, ubicando el pulgar sobre el primer y segundo metatarsinano (huesos que continúan los primeros dos dedos del pie) y el resto de los dedos sobre la planta del pie. Ejerza una suave presión. Relajar este punto lo ayudará a calmar la ira.
    Si se siente irritado, presione con el pulgar la punta del dedo mayor de su mano. Mantenga unos segundos y luego repita con la otra mano.
    Con la palma de la mano hacia arriba, masajee la zona pericardio, que se encuentra ubicado en el antebrazo. Realice presiones circulares en ambas direcciones para estimular el meridiano Yin y así reducir la ansiedad.

8 ) CUELLO TENSIONADO

    Sentado o de pie, pase el brazo por delante del pecho y apoye su mano sobre la nuca. Incline ligeramente la cabeza hacia el hombro opuesto y recorra con sus dedos la línea comprendida entre la base del cráneo y el hombro, siempre en forma descendiente. Repita varias veces y luego pase al otro hombro.
    Coloque las muñecas en la base del cuello y deje los dedos a ambos lados de la columna vertebral. Masajee los músculos con la punta de los dedos, tire hacia arriba y presione las palmas con los dedos. Repita a lo largo del cuello y los hombros.
    Realice pequeños y suaves pellizcos con los dedos alrededor de la nuca. Estire los músculos de ambos lados de la nuca, aplicando presiones con las palmas y los dedos. Luego, presione descendiendo desde la base del cráneo hasta la parte baja de la nuca. Repita varias veces.

9) DOLOR DE CABEZA

    Masajee su cabeza, haciendo presiones y rotaciones enérgicas, como si se estuviera lavando el pelo con champú. Intente despegar el cuero cabelludo y sienta cómo las tensiones se relajan de a poco.
    Luego, realice masajes con la punta de los dedos sobre la frente y las sientes durante 1 ó 3 minutos.

10) ESTRÉS LABORAL

    Siéntese con la espalda bien derecha y respire profundamente varias veces.
    Coloque la punta de los dedos de su mano izquierda justo bajo el esternón. Esta zona es conocida como plexo solar y es el punto de encuentro de toda unaa red de nervios. Mantenga esta posición mientras realiza dos o tres respiraciones lenta y pausadamente. De a poco, sentirá como se calma y relaja todo el sistema nervioso. Afloje y comience de nuevo si lo necesita.
    Con una ligera presión, deslice la yema de los dedos, realizando diez círculos pequeños sobre el plexo solar en el sentido de las agujas del reloj.


Via revistabuenasalud.cl

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