Hay momentos en la vida en que la angustia y el dolor parecen golpear con toda su fuerza. La respiración y el pulso se aceleran, el corazón se convierte en una roca muy pesada que llevamos en el pecho, nos sentimos frente a una pared muy difícil de derribar: la angustia, la ansiedad. Pero, ¿sabes?, la tensión y la ansiedad pueden ser dominadas. En tus manos está la posibilidad de relajarte y de comenzar a mirar la vida de otra manera.
A continuación, te enseñaremos a dominar tus estados de angustia, a través de técnicas muy sencillas que tienen la virtud de serenar las emociones y combatir la tensión emocional.
Respiración lenta y profunda
Cuando aparece la angustia o la aflicción, es muy común que la respiración se acelere. Te sugerimos comenzar a respirar por la nariz en vez de por la boca. A continuación, respira suave y profundamente varias veces, hasta sentir cómo se ensancha ligeramente el abdomen al inhalar. Los hombros deben estar quietos y relajados. Al exhalar, centra tu atención en el aire que va saliendo, prolongando la exhalación hasta que sientas tus pulmones vacíos.
Concéntrate únicamente en las exhalaciones suaves y lentas, mientras respiras profundamente varias veces.
Respiración profunda y relajación
Esta técnica es igual a la primera, con el agregado de concentrarse en relajar lentamente los músculos de los hombros. Cada vez que exhalas, trata de relajar un poco más los hombros. Luego de repetir varias veces la respiración, los hombros y las paredes del pecho ya estarán relajados, solo el abdomen se moverá suavemente hacia fuera y hacia adentro. Practícalo hasta sentirte más tranquilo.
Respirar profundo, contando
Esta técnica es similar a las anteriores, solo debes seguir las exhalaciones atentamente, y contarlas, lentamente de uno a diez, a medida que se van produciendo: “uuuuno…. dooos… treees”. Trata de contar 10 exhalaciones sin permitir que se cruce otro pensamiento. Si aparece alguno, vuelves a empezar. Los pensamientos surgen constantemente, y el objetivo de esta técnica no es eliminarlos, sino ayudar a tomar distancia de ellos. Al principio deberás tener paciencia… y tal vez buen humor, pero al finalizar, te sentirás relajado, y con más control sobre tus sentimientos.
A medida que aprendas a ser más consciente de tus emociones, también podrás "apagar" las señales de advertencia de la angustia. Ignorar dichas señales no hace más que aumentar la sensación de cabalgar sobre un caballo desbocado, totalmente fuera de control. Si alguna vez te ha sucedido, sabrás que es algo así…
Quienes padecen estados de ansiedad aguda, no deben aceptar estas alteraciones emocionales como un componente permanente de sus vidas. Nada mejor que reconocer nuestra angustia, y actuar en consecuencia, de lo contrario, solo estaremos luchando contra nosotros mismos, restando nuestras posibilidades de ser feliz. La respiración consciente es una ayuda invalorable en los momentos más difíciles,
Via huffingtonpost.com
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