Todos entendemos el estrés como una sensación desagradable. La tensión muscular que produce, a menudo acompañada por la fatiga que produce dicha tensión, genera un estado de malestar que además no es bueno para el organismo. Este mecanismo, que antiguamente ayudaba al ser humano a sobrevivir en situaciones difíciles, como respuesta automática e inconsciente, no tiene sentido en nuestra vida diaria actual, y como situación continuada puede traer graves perjuicios. En esta situación, se dan una serie de reacciones, y se consumen muchos recursos para afrontar situaciones de huida, por ejemplo, que han perdido sentido en la actualidad.
Recuperando la tranquilidad
Para relajarnos tras una situación que nos produzca estrés, existen muchos métodos y técnicas que son eficaces para reducir o eliminar los niveles de ansiedad. La respiración completa es probablemente la mejor herramienta para normalizar el estado de nerviosismo provocado por agentes externos. Este tipo de respiración comprende tanto la abdominal o diafragmática como la torácica y la clavicular, y produce una expansión del tronco en todas direcciones para ventilar los pulmones en profundidad.
Combinar ejercicios de relajación y respiración es un método muy útil, pero requiere una predisposición para un trabajo lento y tranquilo. Sin embargo, los resultados suelen ser muy buenos, y el aprendizaje no es muy complicado, siendo después válido para siempre.
Un ejemplo de este tipo de ejercicio se realiza boca arriba, con ropa cómoda y con luz tenue. Con la espalda en contacto con el suelo, las rodillas se colocan semiflexionadas y separadas unos veinte centímetros. En esta posición, se coloca una mano sobre el tórax y la otra en la parte baja del abdomen, y se realizan suspiros voluntarios, de forma natural. Se retiene el aire durante tres segundos y se suelta despacio por la boca, a modo de suspiro. Repitiendo varios ciclos respiratorios de este tipo, afinando hasta encontrarnos cómodos, conseguiremos bajar notablemente nuestras pulsaciones por minuto.
Ejercicios de visualización
Los ejercicios de visualización también pueden ser muy útiles para conseguir relajación, o para complementar los resultados de otros ejercicios. Este tipo de ejercicio consiste en, una vez colocados en una postura y ambiente cómodos, ir visualizando mentalmente situaciones en las que nos sentimos bien, contentos y tranquilos. Deben visualizarse siempre imágenes positivas, llegando a ser útil incluso repetir consignas del estilo de “estoy relajado” para autoconvencernos.
En definitiva, tratar el estrés es de vital importancia, tanto por las sensaciones negativas que tenemos al padecerlo, como las consecuencias reales que tiene sobre el organismo cuando la situación se alarga en el tiempo. Como hemos visto en alguna otra ocasión, influye incluso en el rendimiento deportivo, y es muy positivo recuperar el estado de tranquilidad lo antes posible, para lo que los ejercicios de respiración y visualización son muy recomendables, evitando en muchas ocasiones incluso la medicación, además de que con cierta práctica cada vez nos será más fácil relajarnos.
Via sportadictos.com
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