El tiempo no pasa en balde para nadie y sabemos que no perdona ni a cuerpos ni a mentes. En la búsqueda de la eterna juventud, también hay que acordarse del cerebro. ¿Cómo podemos mantener una mente ágil y un cerebro joven? Un reciente estudio publicado en Frontiers in Aging Neuroscience parece haber encontrado un par de claves.
Tim Gard y un amplio grupo de colaboradores reclutaron a un total de 47 personas adultas, entre los cuales había 16 practicantes de yoga, 16 meditadores y 15 controles que no realizaban ninguna de las dos actividades.
A todos ellos se les realizó una resonancia magnética funcional de la actividad cerebral en reposo y se les evaluaron el funcionamiento cognitivo general y la capacidad de inteligencia fluida. La inteligencia fluida es esa capacidad que nos permite adaptarnos a situaciones nuevas, razonar con lógica y abstracción, y que no está tan determinada por lo que aprendemos en la escuela.
Los análisis de los resultados de su estudio mostraron que el deterioro en la inteligencia fluida propio de la edad era más lento en las personas que practicaban yoga y meditación, y que además, las redes cerebrales encargadas de la actividad funcional en reposo estaban mejor conservadas, siendo así, según los autores, más resilientes ante el daño que las de los controles.
Estos datos vuelven a apoyar la idea de que nuestros cerebros son agradecidos, y que se benefician, tengamos la edad que tengamos, de hábitos saludables como la meditación, el entrenamiento cognitivo y el ejercicio físico. ¡Haz algo por tu cerebro!
Via muyinteresante.es
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