No es un secreto que el trabajo es una de las mayores causas de estrés. Estar encerrada en una oficina por ocho o más horas al día hace que cualquiera acumule tensión al final de la jornada laboral. Puede parecer exagerado, pero tu cuerpo necesita relajación para alcanzar la calma y felicidad. Si buscas aliviar la sobrecarga de trabajo, no te pierdas estas técnicas para aliviar la tensión en tus hombros, cuello y espalda.
¡Tómate un break!
Hay muchos factores que influyen en el estrés que sufres en tu centro laboral: la mala postura, la monotonía de trabajo o la sobre carga del mismo. Tómate un tiempo y realiza estas sencillas técnicas para despejar tu mente y aliviar tu cuerpo.
Para empezar, cada dos horas debes hacer una pausa de unos cinco minutos para relajarte y estirar tu cuerpo. Levántate de tu silla si estás sentada todo el día o flexiona las piernas y rodillas unas tres veces si trabajas de pie.
Nunca está de más subir unos cuantos pisos por las escaleras. Evita el ascensor y sube unos cinco pisos si es que trabajas en un edificio. Esto también te ayudará a estirar los músculos.
Cuando te sientas muy estresada, no olvides respirar profundamente. Realiza tres respiraciones lentas y profundas para lograr una mejor oxigenación.
Ejercicios de relajación
Al momento de realizar tu rutina de relajación, en primer lugar procura abandonar tu puesto de trabajo y buscar uno diferente, como una cafetería o un jardín. También sería ideal que puedas andar descalza sobre el césped durante este tiempo.
Relaja los hombros, rota primero uno y después el otro. Luego rota los dos al mismo tiempo.
Levanta los brazos lo más alto que puedas y toma todo el aire que puedas. Mientras exhalas, relaja los brazos sin bajarlos del todo. Repite este ejercicio unas cinco veces.
Con los hombros ya relajados, deja caer la cabeza hacia adelante hasta tocar el pecho mientras respiras profundo. Lentamente llévala hacia atrás abriendo y cerrando la boca. Repetir unas diez veces.
Una vez sentada en la silla, relaja la columna hacia adelante y afloja la cabeza entre las piernas. Con los brazos colgando sube y baja lentamente.
Sube los brazos con los dedos entrelazados y las palmas de las manos hacia abajo. Mantén esta postura mientras respiras profundamente y despacio. Debes evitar tensar la base de la nuca. Esto te ayudará a relajar los músculos.
Ahora con las palmas para arriba inclina lateralmente el tronco con el mismo ritmo de respiración del ejercicio anterior.
Finalmente, para relajar la vista puedes dirigir la mirada hacia diferentes puntos. Haz círculos con la vista y abre y cierra los ojos con fuerza.
Realizando estos ejercicios diariamente y de la manera correcta conseguirás diversos beneficios, como un aumento del nivel de conciencia, aumento del nivel de energía y, sobre todo, la disminución de estrés que tanto quieres.
Via oficinafem.com
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