La meditación, complemento de las terapias médicas

Se utiliza cada vez más en los hospitales. Reduce la ansiedad, la depresión y el estrés. Ayuda a tratar diversos trastornos.

 Lorena Orellano (31), neurokinesióloga, comenzó a sufrir de insomnio hace algunos años, pese a ser joven. “Estaba todo el tiempo pensando en lo que tenía que hacer y no podía concentrarme en lo que me estaban diciendo. Constantemente estaba pensando en otras cosas’”, relata Lorena. Comenzó con el programa de “Reducción de estrés” basado en Mindfulness o “Atención plena”, en el Centro Integral de Apoyo Terapéutico y Estimulación Cognitiva (Ciatec) y la Unidad de Neuropsicología y Neurorehabilitación del Sanatorio Allende.

Mindfulness es una forma de meditación promovida por el biólogo Jon Kabat-Zinn en Estados Unidos. Nació en las prácticas budistas pero se independizó como recurso terapéutico y es ajena a creencias religiosas.

“Cuando empecé la práctica de la meditación, comencé a notar de a poco que comenzaba a estar más en el presente (…) La medicación se fue reduciendo, estoy con una dosis mínima y estimo poder dejarla”, asegura Orellano, quien relaciona el insomnio con el estrés que le genera su actividad profesional.

La meditación se usa cada vez más en las terapias de salud como un complemento de los tratamientos, no como sustituto ni un método “alternativo”.

Magdalena Cáceres, médica especialista en Neurología, y Fátima Gonzalez Palau, doctora en Neuropsicología explican que Mindfulness tiene bases científicas comprobadas.

Las especialistas explican que la meditación contribuye a reducir la ansiedad, el estrés y acompaña exitosamente los tratamientos para tratar la fibromialgia, trastornos neurológicos, déficit de atención, asma, psoriasis, dolor e hipertensión. También contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas que no disfrutan de lo que tienen y no saben por qué.

“ Mindfulness o ‘Atención plena’ es un término conceptual, difícil de definir con palabras. Implica estar presente a nivel consciente con lo que esté pasando, no importa que sea una experiencia agradable o desa­gradable. Supone no sólo estar presente sino estar con presencia”, remarca Cáceres.

Las especialistas aseguran que los humanos practicamos Mindfulness de una u otra manera y que vivir en una especie de “piloto automático” genera bastantes inconvenientes. Entre ellos, no estar en contacto con las emociones, con el presente. “Estamos viviendo el futuro de manera anticipada todo el tiempo, pensando en lo que va a pasar. O quedamos anclados en el pasado”, dice Cáceres.

Las pruebas científicas

“Es una técnica que nace de las prácticas orientales que han sido validadas en el mundo Occidental. Lo trae el equipo Jon Kabat-Zinn de la Universidad de Massachussets. Ellos empiezan hace años con estudios serios que miden los efectos de esta técnica específica de meditación en diferentes ámbitos”, asegura González Palau.

Se trata de un programa de ocho sesiones, en diferentes ­módulos donde se promueve la prác­tica de la ‘Atención plena’ para que la gente pueda aplicarla en su vida.

“Tiene efectos en la vida cotidiana en relación con la reducción de estrés, de ansiedad, de síntomas depresivos y de mejoría de calidad de vida”.

Estudios científicos que incluyen neuroimágenes permiten precisar los cambios que se generan a nivel cerebral en el momento de la meditación. No sólo se observan modificaciones funcionales sino estructurales, lo cual genera beneficios en la vida cotidiana.

“Se suele medir el registro de actividad cerebral de un grupo de personas que son meditadores o que tienen incorporada esta práctica y de un ‘grupo control’, gente que no ha meditado nunca o principiantes. Lo que se hace es ver la activación de diferentes zonas cerebrales haciendo diferentes actividades o en una situación normal. La gente que es meditadora suele activar áreas cerebrales de orden superior, vinculadas, por ejemplo, a la concentración y al control de emociones”, puntualizó González Palau.

La práctica de Mindfulness es un proceso de entrenamiento. “En cada sesión se va entrenando una habilidad, es progresivo. Empezamos simplemente prestando atención, registrando. Esto activa ciertas zonas del cerebro, regulando la actividad de neurotransmisores, como la dopamina”, sostiene Cáceres.

Y añade: “Es necesario darse cuenta del presente. Pasar de mente resolutiva, agitada, a mente silenciosa, mente quieta. Es lo primero que se entrena (...) La meditación no reemplaza la psicoterapia sino que es una herramienta. Son distintos modos de abordar una situación”.


Via lavoz.com.ar

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