La relajación es el medio por el cual nuestro cuerpo puede protegerse de las agresiones que nos llevan hasta la extenuación, al principio puede parecer un paliativo que solo atenúa en parte las cargas a que somos sometidos, con la práctica el alivio que produce va dejando paso a un nivel de experiencia más elevado que actúa como un bálsamo para el sufrimiento que produce el ritmo acelerado de la vida actual, no es algo menor, el cansancio destruye la energía de calidad, es un problema más amplio de lo que pareciera a primera vista.
El problema del agotamiento excesivo es que hace falta energía hasta para descansar, podemos observar un hecho común que ha todos nos ha sucedido alguna vez: después de un día agotador en que hayamos tenidos enfrentamientos o discusiones importantes, no acostamos e intentamos descansar y tenemos que dormir porque mañana se pronostica como un día intenso siempre, sin embargo cerramos los ojos y no podemos dormir, lo intentamos, casi hacemos fuerza para dormir pero no es posible y quedan menos horas para mañana que he de levantarme y estar descansado, y por más razones que me dé, no consigo dormir, es normal; mi cuerpo está tenso, mis emociones están tensas, mi intelecto esta tenso, no se puede entrar en ese estado en el sueño, estoy en un estado de tensión, acelerado por el exceso de substancias que me activan sin que yo lo quiera, ¿Cómo podría descansar así?.
A veces se toma la decisión de tomarse la pastilla que hace dormir, pero al fin y al cabo suponiendo que funcione, lo que va a suponer con toda seguridad es otra sobrecarga más para el hígado que ha de procesar el tóxico en cuestión.
El estrés es muy retorcido, por un lado eleva nuestro nivel de activación preparándonos para la lucha o la huida, (en la sociedad actual con dificultad podemos resolver los problemas que se nos presentan luchando o huyendo) y por otro el nivel de tensión muscular tónica que se queda pegado a nuestros músculos impide que podamos regenerar la energía que necesitamos para el día siguiente emprenderlo con un poco de vitalidad, así que al mismo tiempo el estrés genera gasto energético y nos impide recuperarnos energéticamente, parece el sistema perfecto para acabar con nuestro organismo, agotar nuestro sistema metabólico y sin ninguna esperanza de recuperación, y por ende cuando nos acostamos nuestros músculos contracturados siguen perdiendo energía debido a que el grado de tensión excesiva que mantienen ha de gastar glucógeno para ser mantenida. Y así nos levantamos por la mañana cansados de la noche, para enfrentarnos al nuevo día.
Solo la relajación consciente nos ofrece una alternativa, es posible una disminución voluntaria de los procesos acelerados, es posible establecer un desahogo voluntario obtenido por medio de la calma que produce la relajación, es posible un estado de sosiego voluntario.
Via ejerciciosderelajacion.com
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