Que la meditación es una práctica ancestral y milenaria que conlleva multitud de beneficios en nuestro cerebro y experiencia vital, como han demostrado estudios científicos al respecto, es algo que todos, en mayor o menor medida, conocemos.
Sin embargo, no todas las personas que se han acercado a la meditación han tenido una experiencia gratificante, por lo menos al principio. Esto puede deberse a prejuicios previos que asocian la práctica meditativa a la religión, a que por el nivel de estrés y nerviosismo no pueda conseguirlo o, simplemente, se vea como que “está de moda”.
Meditar es algo que podemos hacer todos.
Todos estamos capacitados para concentrarnos, para estar atentos a nuestra respiración o a visualizar un problema concreto sin involucrarnos en él, para sentir las emociones en el cuerpo, para empatizar con los demás, para amarnos y ser amados.
Hoy queremos ayudar y animar a todos aquellos que se inician en la meditación o que ya la practican, pero se sienten estancados, con estas sencillas pautas:
1º PARA EMPEZAR: 3 MINUTOS
Al igual que una rutina de ejercicio físico, en la meditación no es necesario emplear una gran cantidad de tiempo. Lo importante es ser constante. Ya iremos aumentando el tiempo en la medida en la que desarrollemos atención y concentración.
2-. MEDITACIONES PARA CADA DÍA
Para aquellos días en los que notamos que nuestra mente tiene mucho “ruido”, recomendamos meditaciones sencillas, como: la atención en la respiración, sensaciones corporales, sonidos… Para días en los que nuestra mente está más “lúcida” podemos aventurarnos en meditaciones más intensas y sutiles, como: la compasión, el amor o la impermanencia.
3-. TU ESPACIO, CALIDEZ Y SILENCIO
Encontrar tiempo para practicar es complicado en este mundo frenético en el que nos ha tocado vivir, pero si adaptamos un lugar para nosotros en el que nos sintamos a gusto, con una temperatura adecuada y un ambiente silencioso, puede ser un punto de encuentro con nosotros mismos al que nos apetezca ir.
4-. FLEXIBILIDAD TOTAL
No todas las personas alcanzan el relax de la misma forma o se concentran con la misma técnica. Es importante que cada uno encuentre la suya propia y aceptarla.
5-. COMPRENDE Y APRENDE
Aunque podamos pensar que el objeto de la meditación es llegar a un punto de concentración tal que nada puede distraernos, es importante ser consciente de que la mente ya se ha distraído antes. “No es mejor meditador el que más concentrado está, sino el que más se da cuenta que la mente se ha ido”.
Via blogs.smoda.elpais.com
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario