Es tendencia de avanzada en las neurociencias y ha demostrado su eficacia como medicina participativa o complementaria mente-cuerpo en dolor, soriasis, depresión, cáncer, adicciones. Sus efectos fueron medidos científicamente. De qué se trata y cómo se está aplicando en la Argentina.
La práctica de la meditación con atención plena, llamada Mindfulness, se remonta a más de 2.500 años. Lo novedoso es el cruce que se ha producido entre esta piedra fundamental del budismo y las neurociencias. Hoy es tendencia de avanzada en la práctica médica y ha demostrado su eficacia como medicina participativa o complementaria mente-cuerpo en dolor, soriasis, depresión, cáncer, adicciones. Su base médica es la Psiconeuroendocrinoinmunología y sus efectos fueron medidos científicamente.
"El doctor Richard Davidson, investigador líder en este campo, mostró que la práctica de Mindfulness activa el área prefrontal izquierda del cerebro, donde se encuentran las emociones positivas (compasión, amor, ecuanimidad, aproximación a los demás)", dice Martín Reynoso, psicólogo, responsable del área de Mindfulness en Ineco, Departamento de Psicoterapia Cognitiva (ineco.org.ar).
Mathieu Ricard, nacido en París en 1946, doctor en genética molecular en el Instituto Pasteur y ahora monje budista, colaboró con el estudio de los efectos de la meditación "prestando" su cerebro, conectado a 256 sensores, para estudios de resonancia magnética. Los resultados fueron asombrosos.
"Se reveló que Mindfulness produce un estado hipometabólico de predominio parasimpático. Esto significa que aprendemos a generar la respuesta de relajación, que baja la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la temperatura. Produce una profunda relajación muscular y favorece el predominio de ondas alfa. Esto es, lo opuesto a la reacción de estrés", explica el licenciado Reynoso. "Además, actúa beneficiosamente sobre la neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro de desarrollarse y modificarse a través de los años con la estimulación que le brindemos. Claramente, el entrenamiento en Mindfulness modifica el funcionamiento de algunas áreas del cerebro."
Los especialistas señalan que aporta beneficios en estrés crónico, trastornos de ansiedad y pánico, prevención de la recaída depresiva, trastornos de la personalidad, trastornos de la alimentación, adicciones, enfermedades oncológicas, dolor crónico (de espalda, migrañas), recuperación cardiovascular, enfermedades de la piel. Por ejemplo, reportan que Mindfulness reduce en un 70% la posibilidad de recaídas en pacientes depresivos estabilizados, en una proporción similar a la medicación preventiva.
Las técnicas de relajación y respiración de Mindfulness tienen como particularidad mantener una atención plena, situada en el presente y (como una gimnasia mental consciente) aprender a reconocer las molestias, dolores e incomodidades del cuerpo y de la mente y... ¡no rechazarlas!
En este sentido, observa Reynoso, "Mindfulness es contracultural: propone una nueva manera basada en la plena atención. Propone transitar con ecuanimidad para alcanzar niveles profundos de bienestar." "Implica reeducar la mente, desaprender lo aprendido", agrega Clara Badino, directora de Mindfulness Argentina Visión Clara.
¿En qué se diferencia de otros tipos de meditación? "Se diferencia en que las meditaciones de abstracción (de mantra, de concentración, de visualización incluso) son sumamente utilitarias para calmar la mente, pero no trabajan sobre la reactividad de la mente, no trabajan como un drenaje del inconsciente: simplemente calman, lo cual no es menor. Buda descubrió que la reactividad es fuente de sufrimiento: quedándose quieto, en silencio y observación neutral, dejó que la angustia se manifestara, porque -como dice un poema- es inútil huir de ella como de la muerte, porque dejándola ser, cesa su sombra", dice Badino.
"La propuesta de la práctica de Mindfulness es desarrollar la capacidad (que no tenemos desarrollada) de por momentos dejar que las cosas sucedan. ¿Por qué? ¿Para qué? Porque muchas veces las cosas escaparán a nuestras posibilidades de control, hasta un simple resfrío. Hemos perdido la capacidad de transitar de una manera adaptativa los procesos. Todo proceso transitado (un resfrío, un duelo) se trasciende y termina. Cuanto más resistencia opongo, genero más tensión: la resistencia es un tono muscular que sube, que cierra el cuerpo, lo tensiona, te achicás, se suben los hombres, se tensa la columna, la lengua. Detrás de un cuerpo tenso hay una mente tensa. A mayor resistencia, mayor tensión. Si abrís la puerta, va a pasar y va a seguir su camino y se irá. Es lo que llamamos tránsito adaptativo. Es el cultivo de la paciencia para aumentar la tolerancia a la incomodidad", dice Badino.
Los especialistas ponen en claro que no se trata de una medicina "alternativa", sino de medicina participativa o complementaria mente-cuerpo, una fusión poderosa con las terapias de avanzada de psicología. "La intención es complementar (nunca sustituir) el tratamiento médico o psicólogico. El paciente toma aquí un rol activo en un trabajo interno que sólo él puede hacer activando los recursos y el potencial sano que tiene", explica Badino. "Mindfulness requiere una práctica sistemática que actúa por acumulación, influyendo sobre el hipotálamo y la amígdala cerebral, centros de integración y percepción", agrega.
"El sufrimiento es el agregado mental al dolor- concluye Reynoso-. El dolor es una experiencia humana universal: en cambio, el sufrimiento es una elección, la más de las veces inconsciente, pero siempre una elección."
Via entremujeres.clarin.com
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