Cada vez son más las personas que resaltan el beneficio de hacerlo.
Cada vez es más común escuchar hablar de meditación. Desde trabajos de neurociencia que resaltan sus beneficios, pasando por grandes empresas que organizan jornadas para mejorar el rendimiento de sus empleados, hasta famosos, como Mick Jagger y Richard Gere que la practican, la meditación se ha convertido en la "herramienta" privilegiada capaz de garantizarnos el bienestar absoluto.
Sin ir más lejos, portales de toda índole suelen ofrecer distintos tips y programas cortos de tres pasos que, prometen, nos devolverán la calma.
Sin embargo, lejos de las recetas mágicas y efectistas, la meditación implica un largo camino de búsqueda interior, según explica Juan Gabriel.
Universal No existen límites de edad para meditar. Sólo es necesario el compromiso, resaltan.
El director de la fundación Hastinapura de Cipolletti, una institución que en la región tiene sedes en Neuquén, General Roca y Bariloche, explica que "meditar no es una técnica, sino un arte que implica ir desde el afuera hacia el adentro". "Se trata de ir de la multiplicidad del movimiento del mundo hacia la paz del corazón: es el arte de descender de la mente al corazón. Nos conecta con el lugar y el momento presentes: el aquí y el ahora. La mente suele llevarnos hacia el pasado o proyectar hacia el futuro. La meditación dice 'tenés que tomar conciencia de que la vida es ahora'. Pasás del mundo hacia la propia esencia", sintetiza.
Mantras La repetición de oraciones ayuda a enfocarse en un solo pensamiento.
Algo típico de nuestros días es intentar buscar soluciones rápidas a todos nuestros problemas. Las dietas y los planes de ejercitación exprés, por ejemplo, se nos proponen al alcance de un clic,pero nada de eso tiene que ver con la meditación.
"Es un camino de toda la vida", asegura Gabriel, quien resalta que todo necesita de esfuerzo, desde una carrera profesional hasta formar una familia, tener un proyecto de vida o conseguir un trabajo:
"Intentar encontrar la quietud con recetas de tres simples pasos sería como pretender ser ingeniero aprendiendo tres cosas", dice.
La meditación es un arte ancestral que tiene maestros de distintas tradiciones y religiones: el hinduismo, el budismo e incluso el cristianismo.
En Hastinapura, resalta su director, no se rigen por ningún dogma, difunden las enseñanzas de los maestros clásicos para buscar un principio "universal".
"La búsqueda es lo que nos aúna. Aristóteles hablaba de que todos estamos buscando la felicidad.
El tema es que uno a veces la busca por lugares incorrectos. El lugar incorrecto es el afuera; porque cuando pongo la felicidad en una relación, en objetos o en trabajos y todo eso cambia, la felicidad se vuelve más volátil, se va diluyendo. En cambio, cuando se busca felicidad hacia adentro, es más estable", resalta.
¿Existe una forma ideal de iniciar esa búsqueda? Según Gabriel, en la meditación sucede lo mismo que con la música, existen muchos métodos y técnicas, pero ninguna es la verdadera.
"Cada uno se va haciendo su caminito de la meditación. Va tomando lo mejor de cada cosa y después lo lleva a la práctica de la vida cotidiana como cada uno lo siente", dice, aunque de todas formas aconseja que quienes recién se inician lo hagan con prácticas grupales y guiadas, ya que en general cuando uno intenta hacerlo solo en casa es muy difícil desconectarse y desatender los problemas cotidianas.
Es que si bien es posible despejar la mente de todo pensamiento, eso se consigue luego de un largo camino.
"El cerebro no es un motorcito que se pueda parar a voluntad . Por eso se suelen utilizar mantras u oraciones que sirven para canalizar la dispersión hacia un único pensamiento", explica Gabriel.
Dolor
Un motor común para el cambio
Si bien no es necesario haber pasado por una situación traumática para iniciar el camino de la búsqueda interior que plantean quienes practican la meditación, las situaciones de dolor suelen ser un gran motor. "Los orientales tienen una frase maravillosa: 'El dolor es vehículo de conciencia'", dice Juan Gabriel, quien resalta que, por lo general, las situaciones más dolorosas son las que nos impulsan a querer cambiar.
Via lmneuquen.com
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