El doctor Alan Wallace, traductor del Dalái Lama y experto meditador, reúne en su libro The Attention Revolution estos seis "prerrequisitos para un entrenamiento riguroso y sostenido" en la disciplina meditativa shamatha, quizás la más reconocida del budismo. Las siguientes condiciones son recomendables y pueden acelerar la práctica; sin embargo, en el caso de no poder contar con todas, esto no debe ser motivo de desánimo y renuncia. Sigue practicando.
1. Un ambiente que respalde la meditación
Esto es esencialmente una locación "segura, callada y agradable". Idealmente, incluso se debe estar con personas que estén "en el mismo canal" o con la misma conciencia para que no alteren tu práctica con sus pensamientos o interrupciones.
Claro que esto hace que a veces el lugar ideal sea solamente un monasterio o un retiro. Esto es poco menos que imposible para muchos. Se puede, no obstante, reservar una habitación exclusivamente para la meditación, en la que no se haga ninguna otra actividad; ello permite una cierta pureza y fomenta la concentración y el sosiego.
2. Tener pocos deseos
Esto, dice Wallace, es tener "pocos deseos de cosas que no tienes". Para el practicante es importante notar "las limitaciones de una vida motivada por deseos mundanos como la riqueza, el lujo, el entretenimiento y la reputación". El deseo, enseñó Gautama Buda, es la raíz del sufrimiento.
3. Estar satisfecho
Esto va ligado con la segunda y significa "estar contento con lo que tienes" en aras de establecer un "balance mental", que es la puerta de la "felicidad genuina".
4. Tener pocas actividades
Al practicar un regimen de meditación serio es importante mantener al mínimo otras actividades, para que éstas no perturben el estado mental y el aprendizaje que se está llevando a cabo. Esto es importante ya que la meditación en términos budistas debe ser una disciplina en sí misma, no una especie de "curita" o de analgésico o hack que usamos para simplemente mejorar nuestra productividad. Uno no medita para ser mejor nadador, uno medita para meditar, para conocer la naturaleza de la mente y para liberarse.
5. Disciplina ética
Esto es lo que en pali se dice shila, y es uno de los tres bastiones del noble óctuple sendero que enseñó Buda. Sin ética o moral todo se desmorona. "La práctica de ética involucra evitar el daño a los otros, ya sea física, verbal o mentalmente y nos lleva a un florecimiento ambiental en el que la comunidad puede vivir en armonía el uno con el otro". Así, si quieres cuidar tu espacio para meditar y evitar distracciones debes llevar una vida ética, de otra forma lo acabarás pagando con tu intranquilidad.
6. Eliminar los pensamientos compulsivos
Esto hace énfasis en que el estado meditativo debe llevarse más allá del tiempo en el que nos sentamos a meditar. Si los pensamientos compulsivos siguen durante el día, entonces la meditación no está funcionando y no podremos avanzar. Debemos tener una cierta atención presente, un "mindfulness" que evite que caigamos en pensamientos compulsivos, los cuales son una especie de círculo o bucle que impide el progreso, el cual está ligado a la mente que es capaz de concentrarse y dominar su atención, si bien no ejerce presión al hacerlo.
Via pijamasurf.com
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