La práctica de mindfulness va más allá. Sabemos muchos de los beneficios que aporta a un adulto pero… ¿y si lo practica un niño?
La meditación nos tranquiliza, desarrolla nuestra capacidad de concentración y de atención y nos ayuda a ver y comprender con claridad lo que sucede. La práctica de mindfulness va más allá. Sabemos muchos de los beneficios que aporta a un adulto pero… ¿y si lo practica un niño? Entonces sabrá aprovechar mejor su inteligencia, rendirá más en sus estudios y sabrá relacionarse con los demás.
¿Los niños también padecen estrés? Según detalla a EFEsalud el autor de “Meditación para niños: En paz me levanto, en paz me acuesto”, Luis López, los niños, al igual que los adultos, tienen un exceso de agitación mental, nerviosismo y dispersión. Para este psicólogo, los niños de ahora no son peores que los de antes, pero sí tienen que hacer muchas más cosas en menos tiempo.
Luis López y otros profesionales del área hicieron un estudio en el año 2010: analizaron los 44 métodos y técnicas de relajación más empleadas en las escuelas de yoga, introsprección o meditación.
A raíz de esta investigación surgieron los nueve aprendizajes competenciales básicos de la meditación: atención, respiración, relajación, visualización, voz, conciencia sensorial, postura, energía postural y movimiento.
Según el psicólogo, estos “nueve amigos” los posee todo niño en su interior; tan sólo le falta “aceptar su amistad” y conocerlos al máximo.
Si el niño aprende a desarrollar estos recursos, cuando lea, toque la guitarra o medite va a estar más interiorizado.
Además si alguien le enseña cómo debe utilizarlos aprenderá a mejorar su atención, a escuchar sus emociones, a contemplar la naturaleza y a perdonarse tanto a sí mismo como a los demás.
Para impulsar su uso, han creado el programaTREVA, un plan dirigido a docentes, alumnos, familias y a otros estamentos de la etapa educativa que se trabaja en escuelas de toda la geografía española y especialmente en la región catalana.
Sus beneficios se asocian con un mejor rendimiento académico, disminución de estrés, agitación o malestar, desarrollo de inteligencia emocional y fomento de la interioridad.
Luis López subraya que el niño debe desarrollar mindfulness siempre acompañado porque su método de aprendizaje es la imitación.
Además, el escenario en el que se vayan a practicar estas técnicas de meditación también juega un papel importante. Se puede acondicionar una habitación poniendo varios cojines.
“No necesitamos incienso o música relajante porque estamos trabajando con nuestros amiguetes del interior”, subraya el profesor del Máster.
El autor del libro explica que el mindfulness aporta también muchos beneficios en fisiologías del esfuerzo, en enfermedades cardiovasculares y en neurología.
Via vanguardia.com.mx
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