Es de sobra conocido que practicar algo de ejercicio durante los meses de gestación es muy beneficioso. Eso sí, tiene que tratarse de actividades poco intensas, que sirvan para activar el cuerpo, pero sin forzarlo. En este sentido, el tai chi en el embarazo se antoja como un deporte idóneo.
Este arte marcial, nacido en China, se caracteriza por sus movimientos lentos y relajantes. Y es que el relax del cuerpo, el ritmo de la respiración y la concentración son tres de los pilares sobres los que se sustenta esta disciplina, que en los últimos años ha conseguido millones de adeptos en el mundo.
Tanto es así, que a casi nadie le resulta extraño ver a grupos de ciudadanos practicando tai chi en lugares públicos. Los ejercicios pueden realizarse tanto de forma individual como en pareja, lo que también puede ser una buena forma de socializar. Asimismo, los movimientos del tai chi en el embarazo ayudan a evitar la lordosis lumbar (más información en http://es.wikipedia.org/wiki/Lordosis) que suele darse durante la gestación. También favorecen la corriente sanguínea en las extremidades interiores, una cuestión esencial para las futuras mamás que suelen tener problemas circulatorios durante su estado de buena esperanza.
Las ventajas
Otro de los beneficios que aporta este arte marcial es el refuerzo de la estabilidad. Practicar tai chi en el embarazo ayuda a las mujeres a mejorar su equilibrio. Los kilos ganados en la gestación pueden originar que las piernas se hinchen, lo que, junto a la rebaja de la curvatura de las plantas de los pies, afecta a la estabilidad. Y es que, precisamente, los movimientos del tai chi se realizan con los pies en contacto con el suelo, postura que contribuye a facilitar la circulación.
El paso de la carga corporal de una a otra parte del cuerpo es otra actividad típica del tai chi. Este ejercicio de cambiar el peso de una extremidad a otra puede promover el drenaje linfático e impedir que la mujer retenga líquidos, otra de las trabas a las que suelen enfrentarse las embarazadas. La respiración juega un papel fundamental en este arte oriental. Mediante la inspiración y la espiración, la futura mamá aprende a relajarse. Además, estos ejercicios le resultarán muy útiles de cara al parto, momento en el que las técnicas de respiración son esenciales para poder dosificar los esfuerzos en ese duro trabajo.
Via letsfamily.es
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