Para mejorar la salud física y mental, nada como meditar, es uno de los mejores y más accesibles ejercicios que podemos hacer, ayuda a aliviar el estrés, la depresión y la ansiedad. Además, es muy útil para lidiar con los problemas emocionales de la vida cotidiana cuando las cosas salen mal.
Asimismo, afina nuestra inteligencia emocional, pues la sabiduría que surge de la meditación es muy poderosa. Por otra parte, la meditación es buena para el cuerpo, calma la ansiedad y es en general benéfica. Además, una gran ventaja es que cualquier persona puede practicar este ejercicio.
Es importante comprometerse a meditar diariamente, sin importar por cuánto tiempo. La meditación no empezará hasta que nos sentemos en un cojín o en una silla. El punto más importante es estar cómodo.
Si meditas todos los días quince o veinte minutos, después de un tiempo ya no tendrás dudas de la efectividad de este ejercicio.
Al principio habrá una sensación de calma y paz y después de un rato tu mente parecerá incluso peor que antes, pero esto es normal. Se debe continuar la práctica y todo mejorará.
La razón por la que la mente parece empeorar después de un rato de meditar es que los problemas emocionales empiezan a surgir. Es importante dejarlos que salgan sin juzgar. No los rechaces ni te aferres a ellos, simplemente deja salir todas las emociones que tenías deprimidas.
Todos los meditadores experimentan perturbación emocional y llanto cuando practican, deja que todo salga y después habrá paz.
La meditación consiste en poner la mente en blanco. Meditar es concentrarse en una sola acción para llegar al mismo fin: vaciar la mente de los pensamientos, lograr que esté tranquila, libre de deseos.
Consejos para meditar
Es importante la regularidad en el hábito, la hora, el lugar y la práctica.
Los mejores momentos son el amanecer y el anochecer.
De 15 a 20 minutos para empezar es suficiente.
Hay que intentar consagrar un espacio o un lugar íntimo para la meditación.
Una vez sentado en ese espacio, cuida tu postura, siéntate con las piernas cruzadas y con la columna y el cuello bien erguidos (apuntando hacia el cielo).
Antes de empezar, haz una respiración profunda para vaciar tu mente de pensamientos. Olvida las preocupaciones y problemas, vacía tu mente.
Regula la respiración. Comienza a ser consciente de tu respiración.
Fuente digitallpost.mx
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