El yoga es uno de los pilares de la corriente conocida como LOHAS (Lifestyles of Health and Sustainability), una disciplina tradicional cuyos orígenes se han situado siempre en La India y que ha sido practicada durante siglos por todas las civilizaciones. Recientes estudios incrementan sus bondades. Sí, aún más.
Últimamente hay cierto debate sobre los orígenes del yoga, aunque lo que es cierto es que dónde más adeptos tiene es en la zona de la India. En donde no hay debate alguno es en los beneficios de esta disciplina milenaria. Su objetivo final es la armonía entre el cuerpo, la mente y el espíritu, y para ello se trabajan distintos aspectos como la respiración, la concentración y la fuerza física. La meditación y una enorme cantidad de posturas corporales específicas son sus principales herramientas, aunque éstas varían en función del tipo de yoga que se practica (Hatha, el más común en Occidente; Ashtanga, el más vigoroso; Kundalini uno de los más sencillos).
Independientemente de la modalidad por la que te decidas, lo que tienes que tener claro es que no es un deporte para quemar calorías, aunque las quemas y fortaleces los músculos, pero no es ese su objetivo, sino que al final lo que se consigue con el yoga es una mejor calidad de vida, una armonía entre el cuerpo y la mente, y una mayor capacidad para relajarse y afrontar los problemas de la vida.
Entre sus beneficios podemos señalar:
Libera estrés. Una respiración controlada nos ayudará a relajarnos y por tanto a descargar estrés.
Columna vertebral más fuerte. Es estupendo para fortalecer el cuerpo en general, pero sobre todo ejercitarás la espalda, la estirarás constantemente y la fortalecerás, algo fundamental a día de hoy.
Mayor elasticidad. En la primera sesión te darás cuenta de lo agarrotado que estás, pero trabajando bien tus músculos ganarán elasticidad en pocas sesiones.
El yoga, al igual que el pilates, se practica en un ambiente muy determinado. Normalmente en silencio o con música relajante y totalmente concentrado en las indicaciones y en los movimientos, de esta manera trabajamos la concentración y la mejoramos.
Mejora la circulación sanguínea y ayuda a que la oxigenación del cuerpo sea más correcta.
Al estar más relajado y haber hecho ejercicio dormimos mejor, el insomnio deja de ser un problema.
Tonificamos, endurecemos nuestros músculos.
Estos son los beneficios que siempre se le han atribuido al yoga, sin embargo recientes estudios señalan que aún hay más.
Hace unos meses el Instituto de Yoga de Santacruz de la India publicó los resultados de un estudio que indicaba que adoptar posturas de yoga de manera habitual reduce en un 23% los niveles de colesterol en sangre. Un estudio publicado en Annals of Internal Medicine señala que con 17 posturas básicas de viniyoga, una modalidad bastante sencilla, se puede acabar con los dolores crónicos de espalda, sobre todo los de la zona lumbar.
Las migrañas también disminuyen con la práctica habitual de yoga, según la revista Headache. Por su parte la publicación Psychosomatic Medicine ha publicado también recientemente un estudio que señala que practicando esta disciplina una vez o más a la semana, la concentración sanguínea de interleucina-6 disminuye; esta molécula está relacionada a la respuesta inflamatoria del organismo, con lo cual disminuirían las posiblidades de sufrir infartos, artritis y diabetes de tipo 2.
Via knowi.es
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