Técnicas de relajación sauna


Los finlandeses siempre la han considerado la panacea de la felicidad. Y si por ésta se entiende bienestar físico y psíquico, no andan desencaminados. Desde el momento en que entramos en ella el cuerpo experimenta una serie de reacciones debidas al aumento brusco de la temperatura:

    De inmediato, aparece el sudor y se abren los poros de la piel, lo que desencadena la eliminación de toxinas, y la epidermis se limpia en profundidad.

    Además, la concentración de calor beneficia al sistema cardiovascular porque el corazón, al adaptarse a la vasodilatación, bombea más fuerte y se favorece la circulación.

    La acción del calor también contribuye a aliviar el dolor (artritis, reúma…) ya que al activar el riego sanguíneo, mejora la elasticidad de los músculos, articulaciones y tendones.

    También mejora la respiración. En caso de bronquitis, favorece la broncodilatación, disminuye la dificultad para respirar y facilita la expectoración. En caso de asma, se estimula la respuesta inmunológica que defiende la mucosa ante la infección.

    Y todo ello acompañado de una gran relajación, tanto física como mental, motivo por el cual resulta ideal como terapia antiestrés. Además, aunque la sauna no sea la fuente de la eterna juventud, sí que al oxigenar todos los tejidos, permite conservar su plena vitalidad.

¿Cómo tomarla?

Si nunca lo has probado, es momento de hacerlo, y si ya la conoces, vuelve a disfrutar de sus virtudes. Eso sí, para beneficiarte totalmente de ella, dúchate antes con agua templada, frota la piel con un guante de crin y sécate bien. Y al salir dúchate con agua fría o templada, con el chorro desde las extremidades hacia el centro (corazón). Después, sécate bien y aplícate aceite de almendras para hidratar la piel. Con dos o tres sesiones semanales, notarás los beneficios.

En la sauna, colócate en el banco intermedio o superior, tumbado o sentado con los pies en el asiento para que todo el cuerpo esté a la misma temperatura. Permanece como máximo 15 minutos, aunque lo normal es notar que a los 8-10 el cuerpo ya tenga ganas de refrigerarse. Antes de salir, siéntate con los pies colgando en el banco para que la circulación se adapte a la posición vertical, y de esta forma se eviten mareos y vértigo.

Recuerda que

Quienes padecen alguna deficiencia grave del corazón o del sistema circulatorio, como la angina de pecho, no deberían tomarla. Ni es aconsejable que abusen de ella quienes presenten predisposición a tener la tensión alta, los enfermos de arteriosclerosis, y quienes sufren algún tipo de afección pulmonar grave y de origen hepático o nefrítico.
EL CONSEJO

Una de las virtudes más apreciadas de la sauna es que permite descargar la tensión acumulada durante la jornada. Un día, al salir del trabajo, haz la prueba.

LO QUE DEBES SABER

    Dentro la sauna se abren los poros, se eliminan toxinas y se limpia la piel.
    La sauna alivia el dolor, mejora la respiración y te relaja tanto física como mentalmente.
    Se recomienda no estar más de 15 minutos dentro de la sauna.


Via mapfre.com

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