Resurgida en el siglo XIX por un guía espiritual que vivía en los Himalayas, Babaji Maharaj, esta técnica apunta a la expansión de la conciencia, a armonizar y canalizar la energía por la columna vertebral, y por ende a obtener el máximo equilibrio emocional y físico.
Para los maestros yogis que la practican con seriedad el objetivo de esta vida terrestre es amar y meditar, lo que significa estar centrado con el Yo Superior y en total conciencia.
La respiración
Como cualquier tipo de yoga o de práctica meditativa, la respiración es pieza clave en el Kriya Yoga: la respiración, incrementada por la actividad cerebral consciente, canaliza la energía y la transforma en un flujo potente magnético que revitaliza cada célula y átomo del cuerpo.
Esto también tiene sus implicancias energéticas sobre la mente, las emociones y el ser humano como un ser holístico e integral.
Dicho desde un punto de vista más médico, a través de estas técnicas la sangre libera mayor anhídrido carbónico y recibe, en cambio, más oxígeno.
Según esta filosofía, al practicar kriya yoga el cerebro se convierte en algo así como un filtro para el espíritu que, calmado y más centrado, libera una conciencia renovada y ampliada.
Los maestros de esta corriente del yoga asienten la evolución de la corriente vital en el acto de cada respiración. Según el kriya yoga es posible, a partir de su práctica, constancia y de la mayor conciencia adquirida, lograr una mejor salud y mayor longevidad. De aquí, que esté considerada como una herramienta efectiva de regeneración del cuerpo y del espíritu.
Via vitadelia.com
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