La práctica continuada de esta técnica manual, que pueden realizar las futuras madres en sus casas de una forma sencilla, permite lograr una mayor elasticidad de los tejidos que se encuentran en el periné (zona localizada entre la vagina y el ano).
Además de ayudar a preparar los tejidos, favorece la familiarización de la mujer con el momento del parto.Esta técnica ayuda a reducir el riesgo de desgarro muscular durante el parto, disminuye la probabilidad de necesitar episiotomía y ayuda a la madre a familiarizarse con las sensaciones de estiramiento de la zona perineal que se producirán durante el parto, disminuyendo, de este modo, el dolor posparto en la zona perineal.
Ambos departamentos de salud están preparando un manual que mostrará los pasos a seguir en la realización del masaje, así como las recomendaciones a adoptar y los beneficios que produce. Estos consejos serán distribuidos por las propias matronas a sus pacientes en las consultas de los diversos centros.
La práctica del masaje perineal debe iniciarse durante diez minutos diarios a partir de la semana 34 de embarazo. Este masaje se lleva a cabo introduciendo los dedos en la vagina tres o cuatro centímetros y deslizándolos desde el fondo de la vagina hacia fuera, realizando una presión firme hasta sentir una leve sensación de quemazón o escozor.
A continuación, debe realizarse un movimiento rítmico en forma de "U". El proceso debe detenerse cuando la mujer sienta hormigueo o ardor.
Otro ejercicio consiste en coger la entrada de la vagina entre el pulgar y el resto de dedos a modo de pinza, realizando un movimiento de vaivén durante tres o cuatro minutos. Este movimiento estira el tejido de la vagina, los músculos que la rodean y el periné. Esta misma zona puede cogerse desde dentro de la vagina estirando suavemente hacia afuera. Según destacan los expertos, es importante que durante el masaje se evite presionar la uretra para evitar una posible infección urinaria.
Via webdelasalud.es
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